01-11-15, 10:17
Espero que los demás lo hayáis disfrutado más. Lo del viernes ya colmó mis expectativas, que ya es decir... así que huí el sábado a ver al Niño de Elche en Santander, y no me arrepiento en absoluto.
Zola Jesus, a pesar de que estábamos a todo menos a escuchar, sonó razonablemente bien.
Everything Everything me resultaron anodinos.
El de Los Planetas hicieron el concierto más extraño que les he visto. Ellos parecía que le ponían empeño, pero el sonido era muy bajo y muy malo (ese pabellón tiene una acústica nefasta), el público no estaba metido en el concierto y tampoco montaron los típicos visuales. Se marcaron una versión corta del set habitual de los últimos años, en el que las mayores novedades me parecieron que Rey Sombra cayó la tercera, que tocaron El Duendecillo Verde, y que recortaron un poco todas las partes del repertorio típico. De hecho, fue como un cuarto de hora más corto que lo que venía en los horarios del festival, y dado que después también se adelantó el horario de Stereophonics (sin avisar al personal en ninguno de los casos, así que el que se guiara por la aplicación del festi se iba a encontrar con todo al revés) pues no descarto que esto no haya sido más que una de tantas liadas de la organización.
Otra liada fue colocar a las 11 o así un descanso de unos 20 minutos en los dos escenarios grandes, con lo que el público entró en tromba a montar barullo en el concierto de Iron&Wine en el teatro, con el consiguiente cabreo de la gente que trataba de verlo en un ambiente un poco íntimo. Y reconozco que yo también lo hice, y salí pitando a los cinco minutos cuando me di cuenta de la que se estaba preparando. Pero es que no creo que haya sido un problema de falta de educación por parte del público, sino un fallo de planificación brutal por parte de la organización. Otro de tantos, vamos.
Por cierto, volví a entrar a tiempo para ver las dos últimas canciones, ya intentando no tocar los huevos. Me pareció que ese escenario sonaba guay y que el tío lo estaba haciendo bastante bien. Y cuando se encendieron las luces me llamó la atención que el porcentaje de público femenino no debía de bajar del 60%.
Stereophonics son un grupo que no me entusiasma, y en directo me dieron un poco igual.
A The Go! Team me subí a verlos a la zona VIP. No sé cómo se viviría desde abajo, pero desde arriba me pareció una cosa un poco nostálgica para un grupo que deberían ser una bomba sonora. Se marcaron un repertorio que ya se amortizó de sobra hace años, así que el interés que tenía ya se me había olvidado al cabo de un cuarto de hora. Pero bueno, también sirvió para conocer la zona VIP más freak que yo recuerde, a la que podía acceder todo el mundo independientemente del tipo de pulsera que llevara, donde los precios eran igual de caros que en el resto de sitios, las colas igual de pesadas, los escenarios se veían peor y el sonido era peor que en cualquier otro punto del recinto. Eso sí, uno se podía tirar en unos asientos del Ikea nada glamourosos pero sí muy cómodos.
Y Crystal Fighters se marcaron el set habitual, en el que las mayores novedades fueron que el guitarrista salió con una ikurriña puesta en plan capa y que la intro la hicieron unos txalapartaris de verdad (más tarde ya se pusieron a tocar la txalaparta los del propio grupo e hicieron el ridículo acostumbrado). A mí no es un grupo que me moleste especialmente así que me lo pasé guay en medio de todo el fiestote del público. Pero vamos, que hicieron el mismo concierto que se les ha visto ya de sobra, y tampoco les vi muy preocupados por ofrecer nada que se saliera del guion.
Pero bueno, el festival también me ha servido para recordar por qué dejé de ir a festivales organizados por Last Tour. Sonido pésimo, larguísimas esperas para pedir en las barras, precios de la bebida ridículamente desorbitados, problemas con las pulseras para todos los que veníamos del PRO, vacile de seguridad (¿me quitas el tapón del botellín de agua para que no se lo tire a nadie y después dejas pasar a una persona con una sombrilla de madera???), nula coordinación con los servicios de transporte público (cuando me marché, las colas para pillar taxi o metro daban miedo), descontrol organizativo general (cuando preguntabas algo a los de la organización nadie tenía ni idea de qué responder, y de hecho a veces la organización se enteraba del propio desarrollo en el festival por lo que les ibas a preguntar) ... En fin, que me toca bastante las narices que me traten como ganado con tan poco disimulo.
Zola Jesus, a pesar de que estábamos a todo menos a escuchar, sonó razonablemente bien.
Everything Everything me resultaron anodinos.
El de Los Planetas hicieron el concierto más extraño que les he visto. Ellos parecía que le ponían empeño, pero el sonido era muy bajo y muy malo (ese pabellón tiene una acústica nefasta), el público no estaba metido en el concierto y tampoco montaron los típicos visuales. Se marcaron una versión corta del set habitual de los últimos años, en el que las mayores novedades me parecieron que Rey Sombra cayó la tercera, que tocaron El Duendecillo Verde, y que recortaron un poco todas las partes del repertorio típico. De hecho, fue como un cuarto de hora más corto que lo que venía en los horarios del festival, y dado que después también se adelantó el horario de Stereophonics (sin avisar al personal en ninguno de los casos, así que el que se guiara por la aplicación del festi se iba a encontrar con todo al revés) pues no descarto que esto no haya sido más que una de tantas liadas de la organización.
Otra liada fue colocar a las 11 o así un descanso de unos 20 minutos en los dos escenarios grandes, con lo que el público entró en tromba a montar barullo en el concierto de Iron&Wine en el teatro, con el consiguiente cabreo de la gente que trataba de verlo en un ambiente un poco íntimo. Y reconozco que yo también lo hice, y salí pitando a los cinco minutos cuando me di cuenta de la que se estaba preparando. Pero es que no creo que haya sido un problema de falta de educación por parte del público, sino un fallo de planificación brutal por parte de la organización. Otro de tantos, vamos.
Por cierto, volví a entrar a tiempo para ver las dos últimas canciones, ya intentando no tocar los huevos. Me pareció que ese escenario sonaba guay y que el tío lo estaba haciendo bastante bien. Y cuando se encendieron las luces me llamó la atención que el porcentaje de público femenino no debía de bajar del 60%.
Stereophonics son un grupo que no me entusiasma, y en directo me dieron un poco igual.
A The Go! Team me subí a verlos a la zona VIP. No sé cómo se viviría desde abajo, pero desde arriba me pareció una cosa un poco nostálgica para un grupo que deberían ser una bomba sonora. Se marcaron un repertorio que ya se amortizó de sobra hace años, así que el interés que tenía ya se me había olvidado al cabo de un cuarto de hora. Pero bueno, también sirvió para conocer la zona VIP más freak que yo recuerde, a la que podía acceder todo el mundo independientemente del tipo de pulsera que llevara, donde los precios eran igual de caros que en el resto de sitios, las colas igual de pesadas, los escenarios se veían peor y el sonido era peor que en cualquier otro punto del recinto. Eso sí, uno se podía tirar en unos asientos del Ikea nada glamourosos pero sí muy cómodos.
Y Crystal Fighters se marcaron el set habitual, en el que las mayores novedades fueron que el guitarrista salió con una ikurriña puesta en plan capa y que la intro la hicieron unos txalapartaris de verdad (más tarde ya se pusieron a tocar la txalaparta los del propio grupo e hicieron el ridículo acostumbrado). A mí no es un grupo que me moleste especialmente así que me lo pasé guay en medio de todo el fiestote del público. Pero vamos, que hicieron el mismo concierto que se les ha visto ya de sobra, y tampoco les vi muy preocupados por ofrecer nada que se saliera del guion.
Pero bueno, el festival también me ha servido para recordar por qué dejé de ir a festivales organizados por Last Tour. Sonido pésimo, larguísimas esperas para pedir en las barras, precios de la bebida ridículamente desorbitados, problemas con las pulseras para todos los que veníamos del PRO, vacile de seguridad (¿me quitas el tapón del botellín de agua para que no se lo tire a nadie y después dejas pasar a una persona con una sombrilla de madera???), nula coordinación con los servicios de transporte público (cuando me marché, las colas para pillar taxi o metro daban miedo), descontrol organizativo general (cuando preguntabas algo a los de la organización nadie tenía ni idea de qué responder, y de hecho a veces la organización se enteraba del propio desarrollo en el festival por lo que les ibas a preguntar) ... En fin, que me toca bastante las narices que me traten como ganado con tan poco disimulo.
Abajo el trabajo