18-02-14, 17:56
No sé porqué decís "quieren joderte, Javi", "estamos contigo, Javi", como si él fuera el responsable de de construcción del sitio ése. Ni lo hizo ni tiene que mantenerlo ¿no?
Sí, las fotos son bastante a tocar las pelotas, como dice Sponge, pero es que todo lo que ha habido alrededor de ese sitio ha sido de llover sobre mojado
El DM en Enero de hace justo 3 años, entrad, entrad, malditos
http://www.eldiariomontanes.es/v/2011011...10116.html
Sí, las fotos son bastante a tocar las pelotas, como dice Sponge, pero es que todo lo que ha habido alrededor de ese sitio ha sido de llover sobre mojado
El DM en Enero de hace justo 3 años, entrad, entrad, malditos
http://www.eldiariomontanes.es/v/2011011...10116.html
Cita:A la música se le atribuyen a menudo propiedades milagrosas, y algo de prodigioso ha de tener cuando en Santander ha sido capaz de poner a tanta gente de acuerdo en torno a un proyecto. Un nombre tan feo como el de Espacio Cultural para las Artes Musicales -la condena no es definitiva y siempre se puede recurrir al acrónimo ECAM- da para que los responsables municipales estén encantados con su apuesta, el coordinador sueñe con todo lo que se puede conseguir y los grupos aguarden con impaciencia el día en que puedan dejar la batería en el local del ensayo y dormir tranquilos sabiendo que no se la van a levantar por la noche. Incluso los promotores de conciertos echan cuentas de lo que se ahorran a la hora de montar saraos en un recinto equipado.
El ECAM será -prácticamente ya 'es', porque las obras terminarán a finales de marzo y estará operativo en abril- mucho más que un vivero de locales de ensayo. A pesar del batacazo del 2016, el Ayuntamiento de Santander siguió adelante con su compromiso de poner en funcionamiento unas instalaciones que hiciesen un poco menos difícil la existencia de los músicos 'modernos'. No está de más recordar las características del edificio, que ya se alza en el Parque de Las Llamas, tendrá una superficie de 3.300 metros cuadrados y dispondrá de quince locales de ensayo además de una sala de conciertos con capacidad para 1.500 personas y un estudio de grabación. Para terminar la ficha, costará 4,5 millones, financiados por la Sociedad de Vivienda y Suelo -en plata, el Ayuntamiento-, lo construye OHL y lo ha diseñado Pucho Vallejo.
Samuel Ruiz, concejal de Juventud, se confiesa entusiasmado con el proyecto. «Santander se va a convertir en un modelo para otras ciudades. En este espacio van a concurrir unas circunstancias que lo convierten en único, porque un mismo edificio, de una arquitectura singular, va a permitir que cohabiten los locales de ensayos, la sala de conciertos, el estudio de grabación y los profesores de la Banda Municipal, enclavado en el campus universitario. Esto va a generar unas sinergias que no se dan en ningún otro centro de este tipo de España».
Paralelamente a los trabajos de construcción se están desarrollando otros necesarios para que el ECAM pueda abrir la puerta en cuanto coloquen la última baldosa. «La próxima semana confiamos en tener ultimado el reglamento de uso del centro, confeccionado en base a las propuestas y la información que recogimos en una reunión con los grupos musicales. También estamos manteniendo encuentros con personas vinculadas al mundo de la música y entidades e instituciones como la Universidad, para organizar la programación, buscar el uso más adecuado y optimizar los recursos que puede prestar el edificio», explica el concejal.
Muchas bandas Precisamente esa búsqueda de contactos con gente vinculada a la música llevó al Ayuntamiento hasta Charly Charlón, todo un clásico del ambiente. A la espera de organigrama oficial ejerce de coordinador, y a la vez que confecciona el listado de bandas interesadas en disponer de local, imagina y planifica la futura actividad. De momento, ya tiene apuntadas medio centenar de bandas -para calibrar la respuesta y empezar a echar cuentas: en su día se abrirán los correspondientes plazos de solicitud- con lo que avanza que habrá que ponerse de acuerdo y compartir para dar cabida al mayor número de interesados. «De aquí a la apertura habrá más. El reparto de locales se hará por sorteo, para evitar mosqueos. Yo ya estoy diciendo a los grupos que se pongan de acuerdo entre ellos para ver si están dispuestos a agruparse y compartir el local. Tengo ya uno con cuatro grupos, varios de tres, y otros de dos. Se trata de hacer un esfuerzo para que quepan todos. Si cedemos un local vamos a exigir que tenga un mínimo de ocupación. Si hay cuatro grupos en un local y sólo tocan los sábados y los domingos, habrá que replantearlo.
Según este hombre, sumergido en el mundo de la música desde hace cuarenta años, el ECAM es la octava maravilla. «Vamos a intentar que sea un vivero, un semillero, que cree afición y que pueda evolucionar. Para los grupos, si lo saben aprovechar, va a ser una maravilla. Vamos a tener una programación fuerte desde la apertura hasta el 30 de junio, con dos o tres conciertos semanales. No van a venir mil personas a todas las actuaciones, pero podemos conseguir que vengan 300 o 400. Eso va a dar una posibilidad de actuar a los grupos, que tengan una plataforma».
El batería Mon Castellanos es uno de los que ya se ha apuntado. Él mismo es otro histórico (Los Deltonos, Los Nada, Mr. Snoid, Backstabbers,... ahora Sweet Daddy Ray) y sabe lo que es sufrir para encontrar un agujero donde ensayar. «Lo de los locales sigue estando fatal, igual que hace veinte años. Te buscas la vida, un garaje de tu abuelo, un conocido que toca en otro grupo te deja entrar... y casi siempre con problemas con los vecinos, o hay humedades, o hace frío, o hay bichos, o sólo se puede tocar a una hora determinada, o te piden un pastón. Todas esas cosillas. Lo típico».
Precios de los 80 Y si practicar está difícil, actuar ya es horroroso. «Está casi peor que en el año 85, cuando empezaba. Hemos tenido una temporada que había sitios, pero ahora no, y además te pagan igual que en el 85. 150 euros y vas que vuelas, como cuando tocabas con Pepe en el Up».
«La gente tiene puestas muchas esperanzas ahí, y es normal. Son locales preparados, tiene una zona de acceso muy buena, aparcamientos... Hombre, lo ideal sería que los locales fuesen más grande y que hubiese treinta en lugar de quince para no tener que compartirlo y poder dejar los cacharros. Habrá que intentar echarse un buen compañero de viaje, si es posible un cantautor sin banda, para que no haya dos baterías. Pero las cosas son así; no vamos a pedir un mundo perfecto».
Otro músico, Phil Grijuela, va más allá y habla de responsabilidades. «Hay que darle vidilla para que funcione. Los que lo han montado tienen la responsabilidad de mantenerlo y que siga estando bien, y los músicos tenemos que currar en ello para hacerlo crecer. Hace falta compromiso por ambas partes: que ellos no se aburran y que nosotros no les demos excusas para ello».
Él también ha dado tumbos buscando dónde meterse con la guitarra. «Encontrar un local es complicado; en Santander, complicadísimo. Un lugar donde puedas meter una batería, que no des el coñazo a los vecinos... El remedio siempre es largarte fuera, mirar por el extrarradio, por los pueblos. Por eso este edificio está muy bien. Que esté en Santander y no tener que coger el coche o el tren es un punto, lo mejor que tiene. Y la sala de conciertos va a servir para todos los grupos que quieren tocar. De los pocos sitios que hay ahora, la mayoría es para cosas acústicas. A nivel de servicios, el centro lo tiene todo... menos bar. Puestos a frivolizar, sólo faltaría poder fumar para que fuese el paraíso».
Javi Palacios, de Delfuego Booking, organizador de conciertos, es otro de los que ya tocan el cielo: le basta con hacer un cálculo rápido -7.000 de luz y sonido, 6.000 de escenario, gastos de limpieza... 18.000 euros- para ver lo que se puede ahorrar organizando un concierto ahí en vez de en el Palacio de los Deportes, por ejemplo. «Como promotores, se nos abre un campo nuevo y un tiempo nuevo. Tiene un aforo perfecto y vamos a poder jugar con esa capacidad. Para festivales y para todo lo que hacemos, las características son perfectas. Ahora sólo hace falta programar con coherencia para que la gente se sienta cómoda». Por cierto, en su página ya anuncia actuación de Nacho Vegas en el ECAM el 15 de abril.
No será la única ventaja. La concentración de músicos en el mismo sitio y la relación con los artistas que vayan pasando por allí también dará frutos. «Ese vivero de grupos ensayando, que se van a cruzar por los pasillos con bandas nacionales e internacionales, terminará generando una escena, un sonido típico de aquí, como el que pudo haber en ciudades como Gijón en su día. Es algo muy positivo».
¿Será posible que nadie realice críticas? ¿Es posible que las salas de conciertos se sientan amenazadas por el poderío municipal? «Me parece un poco absurdo hablar de competencia -dice tajante Alicia Trueba, de El Café de las Artes- porque la línea de programación y de actividad es completamente distinta. Es algo muy positivo, y un montón de aficionados y profesionales de la música van a poder aprovechar esta oportunidad».
Todo el mundo de acuerdo, todo el mundo contento... Pues sí, la música hace milagros.