02-02-06, 23:16
annied0g escribió:Spongebob escribió:Aun asi nadie me ha comentado lo que he dicho yo mas arriba
Mulholland Drive = Piloto de serie + 45 minutos pa'acabar algo que no fue aceptado...
:x
q arisco.. xD yo es q no lo habia oido nunca, y me daba cosa poner un mensaje solo pa decir oh, qué interesante bob! xD
Gran parte de la vocación autodestructiva de Mulholland Drive tiene su origen en el comienzo mismo del proyecto: el material que el realizador había rodado para un piloto encargado por el canal ABC, los mismos que en su tiempo emitieron Twin Peaks.
Obvio: la empresa quería un programa revival, algo que recordase al David Lynch de una década atrás: en lo posible rebosante de estilo, mujeres misteriosas, cabos sueltos y uno que otro absurdo.
Cualquiera que haya visto la primera hora y media del filme se dará cuenta que - al menos en lo formal- Lynch se adaptó a lo que le pedían; y, sin embargo, el piloto fue rechazado sin apelación. Fue esa negativa la que justamente gatilló el último cuarto de la cinta, en el que en varias formas se desarma, negando todo lo anterior, y que el director rodó con fondos aportados por Le Studio Canal Plus.
De esta forma es casi inevitable pensar en Mulholland Drive -la película- como una amarga reflexión acerca de la imposibilidad de rodar Mulholland Drive, la abortada serie de TV. Por supuesto que este intento de deconstruir un producto que nunca existió a partir de sus remanentes posee reconocibles influencias wellesianas -y, por extensión, ruizianas-; pero, más allá de los delirios cinéfilos, constituye una sagaz mirada a las vueltas de fortuna en el ambiente hollywoodense (que un día te abraza y al siguiente te entierra) y, de paso, a toda la paranoia moderna relativa a las relaciones interpersonales.
Ese último detalle hace que la cinta se separe por completo de las choqueantes (y hoy previsibles) jugarretas de identidad pregonadas en su día por Carretera perdida: en cuanto convenciones narrativas, el amor y el odio, la inocencia y la lujuria, la ternura y el abuso infringidos por Mulholland Drive a sus heroínas son a priori equivalentes e intercambiables.
Lo realmente obsceno es que, considerando lo anterior, el espectador sea incapaz de establecer sus propias diferencias al respecto y que siga creyendo que lo que le muestran desde fuera y lo que siente por dentro aún forman parte de la misma película.