05-04-12, 15:33
(04-04-12, 18:02)dunker escribió: Si un empresario realiza esas maniobras de coacción, se denuncia y ya está.
Hay un amplio sector de los trabajadores a los que esto les resulta imposible. En el mundo de la precariedad los salarios normalmente son los suficientemente bajos como para que la mayoría no se pueda pagar un abogado para llevar al empresario a juicio (o no le compense para la miseria de indemnización que va a recibir), y como ya comenté más arriba tampoco se da la posibilidad de que los empleados se afilien a un sindicato para que esto pueda salir más barato.
Si a eso le unimos que en este tipo de trabajos se suele concentrar trabajadores poco cualificados que muchas veces no conocen sus derechos laborales y a los que es fácil acojonar, la cosa ya está hecha. La mayoría de los casos no se denunciarán por miedo a represalias.
Otros muchos casos son muy difíciles de rastrear. En trabajadores con contratos temporales o empresas que tienen en plantilla autónomos no es necesario hacer un despido formal como tal. Con no renovar el contrato la cosa ya está hecha. Afortunados aquellos que nunca hayan escuchado fórmulas mágicas como "terminas contrato en un mes, tú sabrás si quieres que se te renueve" o "hay cinco millones en la calle que estarán encantados de sustituirte".
Vamos, que paradójicamente los que más complicado tienen lo de ejercer su derecho a huelga son los que están en una situación laboral más complicada, los que más motivos tienen para protestar. Y ahí estaría el gran dilema de los sindicatos españoles en la actualidad: que los trabajadores más desprotegidos no pueden afiliarse. La mayor parte de sus afiliados se concentran en la administración pública y en grandes empresas donde es más fácil negociar convenios y vigilar que se cumplan, pero fuera de esto mucha gente tiene que tragar con lo que sea. Por eso me parece también bastante tramposa la idea que se ha extendido en los últimos años de que "es necesario que los sindicatos no estén subvencionados, que lo paguen sus afiliados", porque va a hacer que el alcance de estos sea aun bastante menor. Cortar las ayudas no hará que los sindicatos corrijan sus errores, simplemente llevará a que estos desaparezcan y con ellos se compliquen las posibilidades de defenderse de los trabajadores.
El asunto es que con la reforma laboral, con la desregularización del despido, bastantes de los que hasta ahora podían sentirse protegidos van a pasar a formar parte de los grupos que comentaba en los dos primeros párrafos. Que es una cosa que veo que tiene muy poco que ver con reactivar la economía y mucho con tener a la gente controlada.
En fin, que lo de increpar a trabajadores que de primeras no sabemos por qué no secundan la huelga posiblemente sobre, pero los sabotajes a empresas y a empresarios contra los que no hay manera legal para protestar contra sus trampas me parece incluso socialmente saludable.
Abajo el trabajo