25-05-15, 11:38
Para mí el cambio es bastante evidente.
El as dos mayores ciudades (Madrid y BCN) los encargados de llevar el ayuntamiento son gente recién entrada en política, que van con partidos creados durante la última legislatura.
En ciudades de provincias, habitualmente más resistentes al cambio que las grandes capitales, el PP ha caído en casi todos sus feudos. Perder Valladolid o Valencia creo que supone un golpe psicológico brutal. En Santander han perdido la mayoría absoluta, que era algo que yo pensaba que jamás iba a ver. Vamos, que los partidos nuevos no han logrado tanto protagonismo, pero en términos relativos el debilitamiento del bipartidismo también es claro.
El PSOE se mantiene como puede, pero se encuentra en una situación similar a la de 2011, cuando se pegó el mayor hostión de su historia. Vamos, que en realidad no ha recuperado terreno.
y en el hueco que han dejado libre PP y PSOE (bueno, y CIU, y algún partido más de los que parecía que lo petaba) han entrado los partidos nuevos. Pero nuevos no como UPyD, que estaba hecho de gente reciclada de otras partes. Nuevos de gente que no tiene demasiada conexión con los partidos tradicionales. Y si los partidos de toda la vida quieren llegar a hacer algo en esta legislatura, van a tener que ponerse de acuerdo con estos nuevos (y por ejemplo en Andalucía ya han dejado claro que no se van a vender baratos). Y con coaliciones complicadas, que en muchos sitios tendrán que poner de acuerdo a tres partidos distintos. Vamos, que si PP y PSOE quieren conseguir hacer algo, van a tener que agachar la cabeza y aguantar buenas collejas.
La amplitud de grupos representados en estas elecciones no se ha visto en décadas. Así de memoria, sin datos concretos en la mano, yo diría que no ha habido un panorama tan amplio, sin ninguna hegemonía clara, desde las elecciones de 1977. Y el caso es que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina, y será interesante ver cómo van a reaccionar PP y PSOE en los próximos meses a lo que les ha caído encima, y cómo va a responder el electorado.
El as dos mayores ciudades (Madrid y BCN) los encargados de llevar el ayuntamiento son gente recién entrada en política, que van con partidos creados durante la última legislatura.
En ciudades de provincias, habitualmente más resistentes al cambio que las grandes capitales, el PP ha caído en casi todos sus feudos. Perder Valladolid o Valencia creo que supone un golpe psicológico brutal. En Santander han perdido la mayoría absoluta, que era algo que yo pensaba que jamás iba a ver. Vamos, que los partidos nuevos no han logrado tanto protagonismo, pero en términos relativos el debilitamiento del bipartidismo también es claro.
El PSOE se mantiene como puede, pero se encuentra en una situación similar a la de 2011, cuando se pegó el mayor hostión de su historia. Vamos, que en realidad no ha recuperado terreno.
y en el hueco que han dejado libre PP y PSOE (bueno, y CIU, y algún partido más de los que parecía que lo petaba) han entrado los partidos nuevos. Pero nuevos no como UPyD, que estaba hecho de gente reciclada de otras partes. Nuevos de gente que no tiene demasiada conexión con los partidos tradicionales. Y si los partidos de toda la vida quieren llegar a hacer algo en esta legislatura, van a tener que ponerse de acuerdo con estos nuevos (y por ejemplo en Andalucía ya han dejado claro que no se van a vender baratos). Y con coaliciones complicadas, que en muchos sitios tendrán que poner de acuerdo a tres partidos distintos. Vamos, que si PP y PSOE quieren conseguir hacer algo, van a tener que agachar la cabeza y aguantar buenas collejas.
La amplitud de grupos representados en estas elecciones no se ha visto en décadas. Así de memoria, sin datos concretos en la mano, yo diría que no ha habido un panorama tan amplio, sin ninguna hegemonía clara, desde las elecciones de 1977. Y el caso es que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina, y será interesante ver cómo van a reaccionar PP y PSOE en los próximos meses a lo que les ha caído encima, y cómo va a responder el electorado.
Abajo el trabajo