30-05-11, 21:05
(Última modificación: 30-05-11, 21:14 por Phunk Phenomena.)
Acabo de llegar a casa, con esa sensación de irrealidad, de que todo fue muy rápido y confuso, algo parecido, supongo, a lo que debe de sentir Iniesta cuando trata de recordar su gol ante Holanda.
Muy resumidamente :
LO PEOR :
1) Los conciertos antes de llegar la noche.
Claro que esto es una apreciación personal ajena al trabajo del artista, pero no soy capaz de entrar con la actitud necesaria en un festival tan pronto y tan de sopetón. Si fuese un concierto vale, pero en un festi, nada más entrar por la puerta, con el solajero apretando fuerte, tratando de calmar la sed, no pude conectar como me hubiese gustado con Of Montreal, M. Ward, Papas Fritas ni Fleet Foxes y a todos los tenía bien subrayados en mi hoja excel.
2) La masificación para todo.
Es muy de agradecer que el PS no haya potenciado su crecimiento a base de concesiones con respecto de sus exigencias artístiticas, que siguen siendo intachables, pero esto ya no tiene nada de exclusivo. Colas para todo, olvídate de beber o de comer. Estate preparado para ir con buena antelación a los escenarios ya que una mala ubicación te hará polvo el concierto más emocionante. En cuanto a hacer pis, hay que agradecerle infinito al Creador por el apéndice con el que los varones fuimos dotados. Tener pase VIP (ver 'Lo Mejor') no es ya un capricho o un lujo, es una cuestión de superviviencia.
LO MEJOR :
1) El Cartel.
Es de largo el mejor que hay año tras año. Hay que comprarse el abono el primer día (en agosto o septiembre) sin saber aún ningún nombre. ¿Qué más da?.
Personalmente los conciertos que más disfruté fueron Suicide, Grinderman, The National, Twin Shadow, Deerhunter, Battles, Neubauten, Pulp, Gang Gang Dance, PJ Harvey, Mogwai y Animal Collective.
2) El buen ambiente.
Es raro en tres sesiones de doce horas con miles y miles de personas, no vi a nadie perder los papeles, ningún momento chungo, nadie que le tirara a otro la cerveza, nadie dando la nota. Incluso el fútbol pasó totalmente desapercibido. Ni antes, ni durante, ni después del partido interfirió para nada en el festival. Ni un cántico, ni unas palmas, ni un o-le-le-o-la-la. Me enteré del resultado de casualidad bastante después del final al conectarme a mi móvil durante el concierto de PJ.
3) La Zona VIP.
Un oasis frente al escenario principal. En medio del caos y de las colas para todo puedes bajar un poco el ritmo y descansar mientras sigues el programa del escenario San Miguel, sentado en el cesped, en tumbonas, en unas gradas de hormigón. Todo ello con baños deluxe siempre disponibles, barras en las que te atienden al instante (y te codeas con peña del pelo de Jarvis Cocker, Nacho Vegas -con Christina-, Bradford Cox -estos son sólo los que conocía-). Un auténtico lujo.
4) Momentazos.
Momentos orgásmicos, expansivos, como muy felices. Mr. November de los National, Ice Cream de Battles, Dream Baby Dream de Suicide, Do You Remember de First Time de no hace falta de decir de quien, las subidas interminables de Mogwai, campamento uno, campamento dos, piensas que ya han hecho cima y siguen aún subiendo, campamento tres, y aunque parezca imposible la cima aún está más arriba. Los catorce ochomiles sin oxígeno. El instituto de geofísica de Cataluña alertó sobre unos movimientos sísmicos detectables en la escala Ritchter con epicentro en el Escenario Llevant. Una burrada.
Muy resumidamente :
LO PEOR :
1) Los conciertos antes de llegar la noche.
Claro que esto es una apreciación personal ajena al trabajo del artista, pero no soy capaz de entrar con la actitud necesaria en un festival tan pronto y tan de sopetón. Si fuese un concierto vale, pero en un festi, nada más entrar por la puerta, con el solajero apretando fuerte, tratando de calmar la sed, no pude conectar como me hubiese gustado con Of Montreal, M. Ward, Papas Fritas ni Fleet Foxes y a todos los tenía bien subrayados en mi hoja excel.
2) La masificación para todo.
Es muy de agradecer que el PS no haya potenciado su crecimiento a base de concesiones con respecto de sus exigencias artístiticas, que siguen siendo intachables, pero esto ya no tiene nada de exclusivo. Colas para todo, olvídate de beber o de comer. Estate preparado para ir con buena antelación a los escenarios ya que una mala ubicación te hará polvo el concierto más emocionante. En cuanto a hacer pis, hay que agradecerle infinito al Creador por el apéndice con el que los varones fuimos dotados. Tener pase VIP (ver 'Lo Mejor') no es ya un capricho o un lujo, es una cuestión de superviviencia.
LO MEJOR :
1) El Cartel.
Es de largo el mejor que hay año tras año. Hay que comprarse el abono el primer día (en agosto o septiembre) sin saber aún ningún nombre. ¿Qué más da?.
Personalmente los conciertos que más disfruté fueron Suicide, Grinderman, The National, Twin Shadow, Deerhunter, Battles, Neubauten, Pulp, Gang Gang Dance, PJ Harvey, Mogwai y Animal Collective.
2) El buen ambiente.
Es raro en tres sesiones de doce horas con miles y miles de personas, no vi a nadie perder los papeles, ningún momento chungo, nadie que le tirara a otro la cerveza, nadie dando la nota. Incluso el fútbol pasó totalmente desapercibido. Ni antes, ni durante, ni después del partido interfirió para nada en el festival. Ni un cántico, ni unas palmas, ni un o-le-le-o-la-la. Me enteré del resultado de casualidad bastante después del final al conectarme a mi móvil durante el concierto de PJ.
3) La Zona VIP.
Un oasis frente al escenario principal. En medio del caos y de las colas para todo puedes bajar un poco el ritmo y descansar mientras sigues el programa del escenario San Miguel, sentado en el cesped, en tumbonas, en unas gradas de hormigón. Todo ello con baños deluxe siempre disponibles, barras en las que te atienden al instante (y te codeas con peña del pelo de Jarvis Cocker, Nacho Vegas -con Christina-, Bradford Cox -estos son sólo los que conocía-). Un auténtico lujo.
4) Momentazos.
Momentos orgásmicos, expansivos, como muy felices. Mr. November de los National, Ice Cream de Battles, Dream Baby Dream de Suicide, Do You Remember de First Time de no hace falta de decir de quien, las subidas interminables de Mogwai, campamento uno, campamento dos, piensas que ya han hecho cima y siguen aún subiendo, campamento tres, y aunque parezca imposible la cima aún está más arriba. Los catorce ochomiles sin oxígeno. El instituto de geofísica de Cataluña alertó sobre unos movimientos sísmicos detectables en la escala Ritchter con epicentro en el Escenario Llevant. Una burrada.
Diamond in the back,
Sunroof top,
Diggin the scene,
With a gangsta lean, wooh-ooh-ooh
Sunroof top,
Diggin the scene,
With a gangsta lean, wooh-ooh-ooh