24-11-18, 10:08
Sensación de impunidad
Santi Nolla
Director de Mundo Deportivo
Síguelo en:
Actualizado a 24-11-2018 07:21
En febrero de 2017, un control sorpresa de UEFA en la ciudad deportiva del Madrid encrespó a varios jugadores blancos, especialmente a Cristiano Ronaldo . Los médicos del Madrid participaron en la toma de muestras, lo que no está permitido, pero se permitió por la tensión generada. La UEFA pidió explicaciones. Sin consecuencias. No pasó nada.
En junio de 2017 después de la final de la Champions, Sergio Ramos dio positivo. El médico del Madrid dijo que fue culpa suya porque lo infiltró con una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje y no se acordó de ponerlo en el protocolo obligatorio “por la euforia del momento tras ganar el título”. Sin consecuencias. No pasó nada.
En abril de 2018 después de un partido ante el Málaga que ganó el Madrid por 1-2, la agencia española antidopaje avisó a Sergio Ramos que debía pasar el control y que ni se duchara ni orinara antes de pasarlo. El central se duchó y se saltó el protocolo. Sin consecuencias. No pasó nada.
Lo de la final es grave. Que el médico asuma la culpa no debería eximir al jugador. Pero es difícil de entender un error de este tamaño y que nadie haya advertido, sancionado o despedido al médico. Es posible que no haya tongo, que fuera cierto el proceso explicado. Lo que no es posible es que no haya consecuencias. Y en lo de Málaga hay un incumplimiento de una norma por parte de un futbolista que fue avisado y tampoco pasó nada.
En su día nada fue conocido. Y es posible que no sea el único caso. Desde hace años se habla de un antiguo jugador del Madrid en un proceso similar. Pero ha tenido que ser Football Leaks quien lo desvelara todo, como en su día publicó la deuda de Cristiano con Hacienda. Es posible que todo esté atado y bien atado y que no se produjeran irregularidades flagrantes, pero es difícil también obviar una perceptible sensación de impunidad
Santi Nolla
Director de Mundo Deportivo
Síguelo en:
Actualizado a 24-11-2018 07:21
En febrero de 2017, un control sorpresa de UEFA en la ciudad deportiva del Madrid encrespó a varios jugadores blancos, especialmente a Cristiano Ronaldo . Los médicos del Madrid participaron en la toma de muestras, lo que no está permitido, pero se permitió por la tensión generada. La UEFA pidió explicaciones. Sin consecuencias. No pasó nada.
En junio de 2017 después de la final de la Champions, Sergio Ramos dio positivo. El médico del Madrid dijo que fue culpa suya porque lo infiltró con una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje y no se acordó de ponerlo en el protocolo obligatorio “por la euforia del momento tras ganar el título”. Sin consecuencias. No pasó nada.
En abril de 2018 después de un partido ante el Málaga que ganó el Madrid por 1-2, la agencia española antidopaje avisó a Sergio Ramos que debía pasar el control y que ni se duchara ni orinara antes de pasarlo. El central se duchó y se saltó el protocolo. Sin consecuencias. No pasó nada.
Lo de la final es grave. Que el médico asuma la culpa no debería eximir al jugador. Pero es difícil de entender un error de este tamaño y que nadie haya advertido, sancionado o despedido al médico. Es posible que no haya tongo, que fuera cierto el proceso explicado. Lo que no es posible es que no haya consecuencias. Y en lo de Málaga hay un incumplimiento de una norma por parte de un futbolista que fue avisado y tampoco pasó nada.
En su día nada fue conocido. Y es posible que no sea el único caso. Desde hace años se habla de un antiguo jugador del Madrid en un proceso similar. Pero ha tenido que ser Football Leaks quien lo desvelara todo, como en su día publicó la deuda de Cristiano con Hacienda. Es posible que todo esté atado y bien atado y que no se produjeran irregularidades flagrantes, pero es difícil también obviar una perceptible sensación de impunidad
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)