03-02-10, 14:11
Yo soy como Lavegui: compro música, dentro de mi presupuesto, pero también descargo. Hay grupos que no podría haber llegado a conocer si no hubiese sido por Internet. Y hay bandas que han crecido y llegado al gran público gracias a la difusión por Internet, ha sido un fenómeno muy de esta década que ha terminado.
Echo de menos, a la hora de comprar un disco, saber por qué vale lo que vale. Si alguien desglosase: esto se lo lleva el autor, esto la discográfica por invertir x en promoción, esto la distribuidora por ponérmelo fácil para conseguirlo, esto la tienda porque es su margen, etc... pues entonces nos parecería lógico pagarlo... lo malo es que al hacer eso salga que haya intermediarios que se estén hinchando los bolsillos, igual no interesa que esa información sea tan transparente (como desmotró Ignacio Escolar en su día, efectivamente).
Se cambia el formato, y se vende en mp3... ¿cuál debería ser su precio? Pasa lo mismo ahora con el tema de libros electrónicos. Parece que un disco en cd y en mp3, un libro electrónico y un tocho de papel tienen que valer lo mismo. ¿Por qué? ¿Para que se valore igual? Pues no. No son los mismos gastos de transporte en formato físico que por internet. E formato digital se generarán otros costes (maquetaciones, licencias, lo que sea) y se eliminarán otros tantos, el precio debería ser el resultado de todo ello. ¿Un disco en mp3 10€? ¿un cd normalito 18 € o 24 € como los vendía la tienda de discos de debajo de mi casa, que ha cerrado hace poco por su empecinamiento en mantener los precios sin mirar más allá de su escaparate? No, gracias.
Lo cojonudo es que uno puede pensar que en este mundo de descargas fáciles, cosas como la tienda de iTunes o las cuentas de pago de Spotify no iban a ver un euro. Pero funcionan y la gente paga. La gente paga por lo que le parece justo, no todos, pero sí los que somos consumidores culturales con cabeza. De ahí tendría que partir la industria para replantear su negocio. Industria, negocio... nada que ver con el arte, pero necesario para hacerlo llegar. Pero con lógica y sin abusos.
Lo de la situación laboral de los músicos, frente a los asalariados y tal... pues sí, totalmente desamparados. Porque no me parece que se ajusten a la figura del autónomo (yo lo soy, y pago religiosamente todos los meses, vengan bien dadas, regular, o mal, hay meses que se palma pasta), pero tampoco parece justo que para evitar eso se tire a hacer todo en B o lo que sea.
Regular la situación laboral de los artistas debería ser una prioridad. No la primera. La primera debería ser hacer lo propio con los futbolistas, pobrecitos, que casi les hacen pagar más impuestos.
El foro de ANDN nació para charlas como ésta. Gracias
Echo de menos, a la hora de comprar un disco, saber por qué vale lo que vale. Si alguien desglosase: esto se lo lleva el autor, esto la discográfica por invertir x en promoción, esto la distribuidora por ponérmelo fácil para conseguirlo, esto la tienda porque es su margen, etc... pues entonces nos parecería lógico pagarlo... lo malo es que al hacer eso salga que haya intermediarios que se estén hinchando los bolsillos, igual no interesa que esa información sea tan transparente (como desmotró Ignacio Escolar en su día, efectivamente).
Se cambia el formato, y se vende en mp3... ¿cuál debería ser su precio? Pasa lo mismo ahora con el tema de libros electrónicos. Parece que un disco en cd y en mp3, un libro electrónico y un tocho de papel tienen que valer lo mismo. ¿Por qué? ¿Para que se valore igual? Pues no. No son los mismos gastos de transporte en formato físico que por internet. E formato digital se generarán otros costes (maquetaciones, licencias, lo que sea) y se eliminarán otros tantos, el precio debería ser el resultado de todo ello. ¿Un disco en mp3 10€? ¿un cd normalito 18 € o 24 € como los vendía la tienda de discos de debajo de mi casa, que ha cerrado hace poco por su empecinamiento en mantener los precios sin mirar más allá de su escaparate? No, gracias.
Lo cojonudo es que uno puede pensar que en este mundo de descargas fáciles, cosas como la tienda de iTunes o las cuentas de pago de Spotify no iban a ver un euro. Pero funcionan y la gente paga. La gente paga por lo que le parece justo, no todos, pero sí los que somos consumidores culturales con cabeza. De ahí tendría que partir la industria para replantear su negocio. Industria, negocio... nada que ver con el arte, pero necesario para hacerlo llegar. Pero con lógica y sin abusos.
Lo de la situación laboral de los músicos, frente a los asalariados y tal... pues sí, totalmente desamparados. Porque no me parece que se ajusten a la figura del autónomo (yo lo soy, y pago religiosamente todos los meses, vengan bien dadas, regular, o mal, hay meses que se palma pasta), pero tampoco parece justo que para evitar eso se tire a hacer todo en B o lo que sea.
Regular la situación laboral de los artistas debería ser una prioridad. No la primera. La primera debería ser hacer lo propio con los futbolistas, pobrecitos, que casi les hacen pagar más impuestos.
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