03-07-10, 01:38
Tarde, mal y nunca, pero bueno, a ver si coincido en algo con Stoner
Con la vista puesta en el esperadísimo décimo aniversario del ARF, que será el año que viene, y con los números que, según la organización, han batido todos sus récords (el jueves -Gov’t Mule- más de 9.000, el viernes –Kiss– más de 17.000 y el sábado -Bob Dylan- 18.000 personas), un breve resumen de lo que he vivido ¡¡¡y de qué manera!!! en Vitoria.
Antes de nada, un recorrido por Mendizabala nos hace ver que el escenario dos (la carpa) es bastante más grande, sobre todo en altura, que otros años, y el sonido de los conciertos, para bien, lo ha notado. Igual que el año pasado, le dieron nombre a los escenarios homenajeando, en este caso, a los recientemente desaparecidos Alex Chilton y Doug Fieger, pero todavía no acabo de entender que no pusieran en los laterales las pancartas con los horarios de los que tenían que actuar en cada escenario ni, evidentemente, dichos nombres.
Han quitado una barra de bar lateral (imagino que por generar más espacio para el público) y, tonterías aparte de algunas marcas comerciales como la de no me acuerdo que bebida energética que sabe a rayos, este año ha habido más puestos de ropa y discos, aparte de la tienda oficial, así que hemos tenido que picar (el nene ha triunfado con sus nuevas camisetas de los Rolling y Motörhead en la guarde).
No anunciaron a ningún artista para firmar en el puesto oficial, como el año pasado, y me da que puede haber sido por el gentío desbocado que hubo con Mike Farris, o porque nadie más que yo se acercó a pedirle un autógrafo a David Pirner (Soul Asylum). Una de dos.
Por cierto, este año no he visto al niño del Azkena, aunque sí que ha habido muchos padres con sus hijos, incluso a horas poco razonables para críos tan chicos.
Nota: los setlists enteros los he sacado de aquí y allá, que no tengo ni conocimientos ni memoria para tanto.
Con la vista puesta en el esperadísimo décimo aniversario del ARF, que será el año que viene, y con los números que, según la organización, han batido todos sus récords (el jueves -Gov’t Mule- más de 9.000, el viernes –Kiss– más de 17.000 y el sábado -Bob Dylan- 18.000 personas), un breve resumen de lo que he vivido ¡¡¡y de qué manera!!! en Vitoria.
Antes de nada, un recorrido por Mendizabala nos hace ver que el escenario dos (la carpa) es bastante más grande, sobre todo en altura, que otros años, y el sonido de los conciertos, para bien, lo ha notado. Igual que el año pasado, le dieron nombre a los escenarios homenajeando, en este caso, a los recientemente desaparecidos Alex Chilton y Doug Fieger, pero todavía no acabo de entender que no pusieran en los laterales las pancartas con los horarios de los que tenían que actuar en cada escenario ni, evidentemente, dichos nombres.
Han quitado una barra de bar lateral (imagino que por generar más espacio para el público) y, tonterías aparte de algunas marcas comerciales como la de no me acuerdo que bebida energética que sabe a rayos, este año ha habido más puestos de ropa y discos, aparte de la tienda oficial, así que hemos tenido que picar (el nene ha triunfado con sus nuevas camisetas de los Rolling y Motörhead en la guarde).
No anunciaron a ningún artista para firmar en el puesto oficial, como el año pasado, y me da que puede haber sido por el gentío desbocado que hubo con Mike Farris, o porque nadie más que yo se acercó a pedirle un autógrafo a David Pirner (Soul Asylum). Una de dos.
Por cierto, este año no he visto al niño del Azkena, aunque sí que ha habido muchos padres con sus hijos, incluso a horas poco razonables para críos tan chicos.
Nota: los setlists enteros los he sacado de aquí y allá, que no tengo ni conocimientos ni memoria para tanto.