31-08-05, 10:39
[CONTINÚA DEL ANTERIOR]
Evidentemente, semejante pareja no pegaba ni con cola. A Cher la resultaba imposible controlar a su incontrolable pareja (valga la redundancia) y todo se fue a tomar por culo cuando, en la cena de una entrega de premios Gregg demostró que su faceta «Pantene» había sido un mero espejismo. Allman acudió a la cena colocadísimo y ante una estupefacta Cher y a la vista de todos los comensales, terminó desmayándose y con la cara hundida en un plato de spaghetti. Para Cher fue la gota que colmó el vaso y se separaron, esta vez definitivamente.
Que le pregunten al bueno de Gregg...
Al pequeño de los Allman la madurez no lo domesticó y entró en los 80 sumergido en su salvaje «way of life». Ya maduro, fue el primer novio oficial de la que después sería la estrella del porno «Savannah», a quién introdujo en las divertidas modalidades del lesbianismo y la drogadicción, pese a que cuando comenzó a salir con ella era aún una adolescente. Curiosamente (parece que los Allman transmiten las desgracias por mera ósmosis) tuvo también un trágico final, ya que tuvo un accidente de tráfico con su novio y pese a que salieron por su propio pie, mientras él llamaba por teléfono a una ambulancia ella contempló su rostro ensangrentado y se suicidó de un tiro al pensar que su cara quedaría desfigurada.
Es sólo desde hace poco cuando Gregg parece haberse reformado y es toda una institución en los USA, donde sigue editando fantásticos discos (ya sea con los Allman o en solitario) y haciendo giras.
Pero de todos los miembros de la banda, el más básico, el más instintivo y sin duda el más primitivo es su segundo guitarrista original: Dickey Betts. Nadie podría suponerlo al escucharle tocar la guitarra con su sensible y melódico estilo (como en «Ramblin' man» -donde canta él mismo- o en el instrumental «Melissa») sin embargo Dickey traspasa la categoría de cowboy y entra directamente en la de vikingo... Uno de los incidentes más famosos (y absurdos) en los que se ha visto envuelto ocurrió un día en el que este se encontraba conduciendo su Harley por una típica carretera americana, que discurría entre campos y granjas. Dickey sintió una punzada de hambre y no era de esos que esperan al próximo área de servicio, así que paró su moto junto a un cercado, lo saltó con una escopeta (esta gente solía ir siempre armada) y ni corto ni perezoso pegó un tiro a una vaca con tal mala suerte que al rato la policía lo pilló desollándola con un machete sin tener en cuenta que el bueno de Betts sólo se procuraba un nutritivo desayuno, adelantándose a su tiempo y desarrollando el futuro concepto de «autoservicio»...
¿El eslabón perdido? ¿El hombre de Atapuerca? No, es Dickey Betts
La anterior anécdota describe perfectamente el sofisticado y cosmopolita estilo de vida de Dickey, por no mencionar que su tendencia a dejarse llevar por sus instintos más primarios ha estado a punto de llevarle a la ruina más de una vez; de hecho una de sus aficiones más peligrosas es la de seducir a «teenagers» de trece o catorce años... En una ocasión, se le acercó un hombre con su familia durante un festival, emocionado al poder conocer a su ídolo, aunque en lo que no paraba de fijarse este era en sus dos hijas gemelas. Betts se tiró todo el día charlando y jugando con ellas, lo cual, mosqueó un poco a su padre, aunque terminó por darle poca importancia y al finalizar la fiesta, volvió a casa con su familia. Una vez allí y tras unas horas, lo despertaron unos ruidos extraños y, pensando que eran ladrones, corrió a la habitación de sus hijas para ver con asombro que ambas estaban abriendole la ventana a tito Dickey quien se disponía a entrar. Naturalmente, aquella escena dificilmente podía terminar de modo amistoso y Betts tuvo que salir por piernas huyendo a otro estado en coche perseguido por la policía...
Recientemente los Allman Brothers han decidido precindir de Dickey Betts. Aunque en principio semejante decisión resulta incomprensible, su difícil carácter y sus escasas intenciones de reformarse han terminado por hinchar las pelotas a sus compañeros, hasta las ídem de décadas de excesos y (grandes) problemas.
Podrían citarse más incidentes absurdos, pero estos ya dan una idea del carácter de un grupo legendario que parece haber viajado en el tiempo y haber venido directamente del «far west».
Por lo demás, os recomiendo encarecidamente escuchar sus discos, ya que prácticamente no han hecho nada en más de treinta años que pueda decirse que es malo (si salvamos of course el aberrante «Allman & woman») y los músicos más «jóvenes» que han incorporado a su banda dan (y vaya si la dan) la talla, como el magnífico Warren Haynes quién lidera paralelamente a los Gov't Mule.
Y hasta aquí puedo llegar, espero que hayáis disfrutado tanto leyéndo este interminable post como yo escribiéndolo.
Un saludo.
Evidentemente, semejante pareja no pegaba ni con cola. A Cher la resultaba imposible controlar a su incontrolable pareja (valga la redundancia) y todo se fue a tomar por culo cuando, en la cena de una entrega de premios Gregg demostró que su faceta «Pantene» había sido un mero espejismo. Allman acudió a la cena colocadísimo y ante una estupefacta Cher y a la vista de todos los comensales, terminó desmayándose y con la cara hundida en un plato de spaghetti. Para Cher fue la gota que colmó el vaso y se separaron, esta vez definitivamente.
Que le pregunten al bueno de Gregg...
Al pequeño de los Allman la madurez no lo domesticó y entró en los 80 sumergido en su salvaje «way of life». Ya maduro, fue el primer novio oficial de la que después sería la estrella del porno «Savannah», a quién introdujo en las divertidas modalidades del lesbianismo y la drogadicción, pese a que cuando comenzó a salir con ella era aún una adolescente. Curiosamente (parece que los Allman transmiten las desgracias por mera ósmosis) tuvo también un trágico final, ya que tuvo un accidente de tráfico con su novio y pese a que salieron por su propio pie, mientras él llamaba por teléfono a una ambulancia ella contempló su rostro ensangrentado y se suicidó de un tiro al pensar que su cara quedaría desfigurada.
Es sólo desde hace poco cuando Gregg parece haberse reformado y es toda una institución en los USA, donde sigue editando fantásticos discos (ya sea con los Allman o en solitario) y haciendo giras.
Pero de todos los miembros de la banda, el más básico, el más instintivo y sin duda el más primitivo es su segundo guitarrista original: Dickey Betts. Nadie podría suponerlo al escucharle tocar la guitarra con su sensible y melódico estilo (como en «Ramblin' man» -donde canta él mismo- o en el instrumental «Melissa») sin embargo Dickey traspasa la categoría de cowboy y entra directamente en la de vikingo... Uno de los incidentes más famosos (y absurdos) en los que se ha visto envuelto ocurrió un día en el que este se encontraba conduciendo su Harley por una típica carretera americana, que discurría entre campos y granjas. Dickey sintió una punzada de hambre y no era de esos que esperan al próximo área de servicio, así que paró su moto junto a un cercado, lo saltó con una escopeta (esta gente solía ir siempre armada) y ni corto ni perezoso pegó un tiro a una vaca con tal mala suerte que al rato la policía lo pilló desollándola con un machete sin tener en cuenta que el bueno de Betts sólo se procuraba un nutritivo desayuno, adelantándose a su tiempo y desarrollando el futuro concepto de «autoservicio»...
¿El eslabón perdido? ¿El hombre de Atapuerca? No, es Dickey Betts
La anterior anécdota describe perfectamente el sofisticado y cosmopolita estilo de vida de Dickey, por no mencionar que su tendencia a dejarse llevar por sus instintos más primarios ha estado a punto de llevarle a la ruina más de una vez; de hecho una de sus aficiones más peligrosas es la de seducir a «teenagers» de trece o catorce años... En una ocasión, se le acercó un hombre con su familia durante un festival, emocionado al poder conocer a su ídolo, aunque en lo que no paraba de fijarse este era en sus dos hijas gemelas. Betts se tiró todo el día charlando y jugando con ellas, lo cual, mosqueó un poco a su padre, aunque terminó por darle poca importancia y al finalizar la fiesta, volvió a casa con su familia. Una vez allí y tras unas horas, lo despertaron unos ruidos extraños y, pensando que eran ladrones, corrió a la habitación de sus hijas para ver con asombro que ambas estaban abriendole la ventana a tito Dickey quien se disponía a entrar. Naturalmente, aquella escena dificilmente podía terminar de modo amistoso y Betts tuvo que salir por piernas huyendo a otro estado en coche perseguido por la policía...
Recientemente los Allman Brothers han decidido precindir de Dickey Betts. Aunque en principio semejante decisión resulta incomprensible, su difícil carácter y sus escasas intenciones de reformarse han terminado por hinchar las pelotas a sus compañeros, hasta las ídem de décadas de excesos y (grandes) problemas.
Podrían citarse más incidentes absurdos, pero estos ya dan una idea del carácter de un grupo legendario que parece haber viajado en el tiempo y haber venido directamente del «far west».
Por lo demás, os recomiendo encarecidamente escuchar sus discos, ya que prácticamente no han hecho nada en más de treinta años que pueda decirse que es malo (si salvamos of course el aberrante «Allman & woman») y los músicos más «jóvenes» que han incorporado a su banda dan (y vaya si la dan) la talla, como el magnífico Warren Haynes quién lidera paralelamente a los Gov't Mule.
Y hasta aquí puedo llegar, espero que hayáis disfrutado tanto leyéndo este interminable post como yo escribiéndolo.
Un saludo.