15-07-18, 16:41
Lo llamativo de todo esto es que viene de un evento firmado por la mayor empresa del mundo de la música.
Para que nos entendamos, es como si el Banco Santander se sacara de la manga un producto nuevo, que vende a sus clientes con la cantinela de que tendrá una rentabilidad altísima garantizada.
Al cabo de poco tiempo, se descubre que el capital de todos estos pequeños inversores ha desaparecido. Se lleva el caso a los tribunales, y se demuestra que el banco sabía desde el primer momento que todo era un timo. A pesar de ello, el Santander se lleva una sentencia bastante blandita, mientras que los clientes más afortunados a duras penas llegarán a recuperar lo que invirtieron (el resto verá que ha perdido sus ahorros para siempre). Y, al mismo tiempo, la entidad de los Botín ya ha empezado a explicar al mundo que su modelo de estafa en realidad es una genialidad financiera que pone no solo a la empresa sino también a sus afortunados clientes en la vanguardia de la banca mundial.
¿Os imagináis que sucediera algo así en la vida real? ¿O incluso que una promotora de conciertos tratara de hacer algo parecido?
...
Pues ya podéis haceros a la idea del camino que está tomando la industria de la música.
Para que nos entendamos, es como si el Banco Santander se sacara de la manga un producto nuevo, que vende a sus clientes con la cantinela de que tendrá una rentabilidad altísima garantizada.
Al cabo de poco tiempo, se descubre que el capital de todos estos pequeños inversores ha desaparecido. Se lleva el caso a los tribunales, y se demuestra que el banco sabía desde el primer momento que todo era un timo. A pesar de ello, el Santander se lleva una sentencia bastante blandita, mientras que los clientes más afortunados a duras penas llegarán a recuperar lo que invirtieron (el resto verá que ha perdido sus ahorros para siempre). Y, al mismo tiempo, la entidad de los Botín ya ha empezado a explicar al mundo que su modelo de estafa en realidad es una genialidad financiera que pone no solo a la empresa sino también a sus afortunados clientes en la vanguardia de la banca mundial.
¿Os imagináis que sucediera algo así en la vida real? ¿O incluso que una promotora de conciertos tratara de hacer algo parecido?
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Pues ya podéis haceros a la idea del camino que está tomando la industria de la música.
Abajo el trabajo