14-02-06, 14:19
Os voy a dedicar el poema de otro. Os diría el autor, pero como bien dice Elkenarra lo importante es el autor y no la obra.
Anacolutos
¡Anacolutos!
¡Vosotros... malos, sucios, brutos!
¡Cuán vinagrado desprecio
contrae con dolor mi faz,
al expeler mis esputos
en vuestro cráneo incapaz!
Ruego a las blancas fuentes
y pido a las verdes hojas
del jardín de la Mezquita:
“que vuelvan las hordas rojas,
os lo implora Julio Anguita!”.
A los frutos del naranjo
-¡anacolutos!-
maldigo sólo por frutos.
Y hasta al fango de la Breña
donde os veo retozar
-¡de mí la ira se adueña!-
maldigo por llamazar.
¿Dónde han ido los alfanjes
de la lucha proletaria?
¿Por qué olvidáis, rojos míos,
la Medina milenaria?
Os miro y ya nos os conozco:
vuestras pancartas son huecas,
vuestro ideario es enjuto,
vuestras palabras son necias
vuestro líder diminuto.
¡Anacolutos!
Soy el nuevo Tempranillo
y es el chándal mi uniforme.
Mi mensaje es muy sencillo:
¡es mi pistola enorme!
la suerte una bala rifa,
¡alguien hoy el plomo come!
Os lo jura aquí el Califa
y que Alá mi promesa tome...
....como cierta,
Llamazares.
....como cierta,
Paco Frutos.
....como cierta,
Zapatero.
Son mis palabras piedra,
son mis palabras hierro,
son certeza en roca viva,
son verdad en metal bruto.
No son huecas, no son aire,
no lo son, ya sabéis...
anacolutos.
Y ahora uno de cosecha propia:
ay, Mann, ay Mann
que no paras por tu casa
y hueles a caldofrán.
Ahí queda eso.
Anacolutos
¡Anacolutos!
¡Vosotros... malos, sucios, brutos!
¡Cuán vinagrado desprecio
contrae con dolor mi faz,
al expeler mis esputos
en vuestro cráneo incapaz!
Ruego a las blancas fuentes
y pido a las verdes hojas
del jardín de la Mezquita:
“que vuelvan las hordas rojas,
os lo implora Julio Anguita!”.
A los frutos del naranjo
-¡anacolutos!-
maldigo sólo por frutos.
Y hasta al fango de la Breña
donde os veo retozar
-¡de mí la ira se adueña!-
maldigo por llamazar.
¿Dónde han ido los alfanjes
de la lucha proletaria?
¿Por qué olvidáis, rojos míos,
la Medina milenaria?
Os miro y ya nos os conozco:
vuestras pancartas son huecas,
vuestro ideario es enjuto,
vuestras palabras son necias
vuestro líder diminuto.
¡Anacolutos!
Soy el nuevo Tempranillo
y es el chándal mi uniforme.
Mi mensaje es muy sencillo:
¡es mi pistola enorme!
la suerte una bala rifa,
¡alguien hoy el plomo come!
Os lo jura aquí el Califa
y que Alá mi promesa tome...
....como cierta,
Llamazares.
....como cierta,
Paco Frutos.
....como cierta,
Zapatero.
Son mis palabras piedra,
son mis palabras hierro,
son certeza en roca viva,
son verdad en metal bruto.
No son huecas, no son aire,
no lo son, ya sabéis...
anacolutos.
Y ahora uno de cosecha propia:
ay, Mann, ay Mann
que no paras por tu casa
y hueles a caldofrán.
Ahí queda eso.