16-05-14, 00:59
¿Cómo os llamabais entonces?
Ni me acuerdo. Recuerdo que el batería se echó atrás: «Hostia, tío, hay mucha gente, estamos muy verdes». Salón Price. Ya ni existe. Le entró al pobre el pánico escénico. Era un excelente batería; de hecho, de los cuatro que éramos, era el que tocaba mejor, con distancia; mejor que el guitarrista, que el bajista y que yo, como cantante. Pero en el momento de salir al escenario se echó para atrás, «Yo no puedo, me da vergüenza, nos van a echar fuera», y yo, cabeza loca, les decía a mis compañeros: «Yo toco la batería, si hace falta. Pero estamos aquí y vamos a salir». Bajista, guitarra y yo, tocando la batería. Yo luego he sido batería, pero entonces estaba en mis primeros momentos de aprendizaje y lo hice fatal. Tan fatal lo hice que empezaron a abuchearnos y nos echaron del escenario. Echaron a mis compañeros, pero yo no me fui de allí. Al contrario, hice un solo. Horrible. Recuerdo perfectamente el momento. Yo dije que una mierda, que yo no me iba, que a mí no me echaban. Empezaron a tirarnos vasos de papel, yo no me iba ni p’atrás, y recuerdo a Pedro Gené mirando desde un lateral del escenario con cara de pasmo, diciendo «este chaval está loco», y yo aporreando la batería. Y cuando me cansé, dije «ahora he acabado y ahora me voy porque a mí me sale de los cojones irme, que os den por culo», tiré la batería abajo de una patada y me largué. Ese es mi segundo recuerdo de un concierto, tal cual te lo he contado.
¿Cómo os llamabais entonces?
Ni me acuerdo. Recuerdo que el batería se echó atrás: «Hostia, tío, hay mucha gente, estamos muy verdes». Salón Price. Ya ni existe. Le entró al pobre el pánico escénico. Era un excelente batería; de hecho, de los cuatro que éramos, era el que tocaba mejor, con distancia; mejor que el guitarrista, que el bajista y que yo, como cantante. Pero en el momento de salir al escenario se echó para atrás, «Yo no puedo, me da vergüenza, nos van a echar fuera», y yo, cabeza loca, les decía a mis compañeros: «Yo toco la batería, si hace falta. Pero estamos aquí y vamos a salir». Bajista, guitarra y yo, tocando la batería. Yo luego he sido batería, pero entonces estaba en mis primeros momentos de aprendizaje y lo hice fatal. Tan fatal lo hice que empezaron a abuchearnos y nos echaron del escenario. Echaron a mis compañeros, pero yo no me fui de allí. Al contrario, hice un solo. Horrible. Recuerdo perfectamente el momento. Yo dije que una mierda, que yo no me iba, que a mí no me echaban. Empezaron a tirarnos vasos de papel, yo no me iba ni p’atrás, y recuerdo a Pedro Gené mirando desde un lateral del escenario con cara de pasmo, diciendo «este chaval está loco», y yo aporreando la batería. Y cuando me cansé, dije «ahora he acabado y ahora me voy porque a mí me sale de los cojones irme, que os den por culo», tiré la batería abajo de una patada y me largué. Ese es mi segundo recuerdo de un concierto, tal cual te lo he contado.
Ni me acuerdo. Recuerdo que el batería se echó atrás: «Hostia, tío, hay mucha gente, estamos muy verdes». Salón Price. Ya ni existe. Le entró al pobre el pánico escénico. Era un excelente batería; de hecho, de los cuatro que éramos, era el que tocaba mejor, con distancia; mejor que el guitarrista, que el bajista y que yo, como cantante. Pero en el momento de salir al escenario se echó para atrás, «Yo no puedo, me da vergüenza, nos van a echar fuera», y yo, cabeza loca, les decía a mis compañeros: «Yo toco la batería, si hace falta. Pero estamos aquí y vamos a salir». Bajista, guitarra y yo, tocando la batería. Yo luego he sido batería, pero entonces estaba en mis primeros momentos de aprendizaje y lo hice fatal. Tan fatal lo hice que empezaron a abuchearnos y nos echaron del escenario. Echaron a mis compañeros, pero yo no me fui de allí. Al contrario, hice un solo. Horrible. Recuerdo perfectamente el momento. Yo dije que una mierda, que yo no me iba, que a mí no me echaban. Empezaron a tirarnos vasos de papel, yo no me iba ni p’atrás, y recuerdo a Pedro Gené mirando desde un lateral del escenario con cara de pasmo, diciendo «este chaval está loco», y yo aporreando la batería. Y cuando me cansé, dije «ahora he acabado y ahora me voy porque a mí me sale de los cojones irme, que os den por culo», tiré la batería abajo de una patada y me largué. Ese es mi segundo recuerdo de un concierto, tal cual te lo he contado.
¿Cómo os llamabais entonces?
Ni me acuerdo. Recuerdo que el batería se echó atrás: «Hostia, tío, hay mucha gente, estamos muy verdes». Salón Price. Ya ni existe. Le entró al pobre el pánico escénico. Era un excelente batería; de hecho, de los cuatro que éramos, era el que tocaba mejor, con distancia; mejor que el guitarrista, que el bajista y que yo, como cantante. Pero en el momento de salir al escenario se echó para atrás, «Yo no puedo, me da vergüenza, nos van a echar fuera», y yo, cabeza loca, les decía a mis compañeros: «Yo toco la batería, si hace falta. Pero estamos aquí y vamos a salir». Bajista, guitarra y yo, tocando la batería. Yo luego he sido batería, pero entonces estaba en mis primeros momentos de aprendizaje y lo hice fatal. Tan fatal lo hice que empezaron a abuchearnos y nos echaron del escenario. Echaron a mis compañeros, pero yo no me fui de allí. Al contrario, hice un solo. Horrible. Recuerdo perfectamente el momento. Yo dije que una mierda, que yo no me iba, que a mí no me echaban. Empezaron a tirarnos vasos de papel, yo no me iba ni p’atrás, y recuerdo a Pedro Gené mirando desde un lateral del escenario con cara de pasmo, diciendo «este chaval está loco», y yo aporreando la batería. Y cuando me cansé, dije «ahora he acabado y ahora me voy porque a mí me sale de los cojones irme, que os den por culo», tiré la batería abajo de una patada y me largué. Ese es mi segundo recuerdo de un concierto, tal cual te lo he contado.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)