26-01-19, 18:15
Desconozco completamente las entretelas de esta historia, no tengo ni idea de los intereses y las motivaciones que hay detrás de todo esto. Por ello no voy a juzgar si esto es previsible u oportuno.
Prefiero pensar en lo que viene de aquí en adelante. Pienso que la Filmoteca venía arrastrando defectos desde hace años, y tengo verdadera curiosidad por ver si algo de esto mejora en la etapa venidera. Vamos, dejo por aquí algunos aspectos a partir de los que creo que se deberá juzgar si la llegada de los futuros responsables ha sido acertada.
-Infraestructuras. Las butacas son infernales. El gallinero tiene su encanto, pero ver pelis largas desde ahí es una tortura.
-Programación. Abuso de películas en cartelera en cines comerciales, ciclos bastante conservadores, cierres estacionales con cualquier excusa... parece como si en los últimos años la cartelera surgiera más de la inercia y la pereza que de la audacia y las buenas ideas.
-El cine club. Por el horario y por el propio formato, parecía que era una actividad vergonzante, y no el corazón de la Filmoteca. Habría que cuidar y potenciar más las sesiones, los debates previos y posteriores, y siempre se echó en falta que existiera una cinemateca (fondos cinematográficos propios para exhibición, pero también para consulta y préstamo), una biblioteca y una hemeroteca, y también que se emitieran publicaciones propias.
-Comunicación. Siempre ha sido catastrófica. La mayoría de las veces la cartelera se anunciaba de una semana para otra, mientras que la programación completa de las aparentemente más humildes sedes del resto de la Filmoteca de Cantabria se publica con meses de antelación. Desde el Palacio de Festivales (responsables últimos de la institución) se la pela todo lo referente a la Filmoteca, y no han tenido vergüenza en hacérmelo saber cuando les he consultado sobre ella. Los cambios de programación en la sede de Bonifaz se anunciaban sobre la marcha, y no pocas veces uno se enteraba en la misma puerta de que no se iba a emitir la película anunciada. Las cuentas de oficiales Facebook y Twitter se han ido gestionando de forma paupérrima por gente que tenía pinta de no saber nada de la propia Filmoteca, de cine en general ni de redes sociales. Los cursos, madre mía, ¡uno se enteraba de su existencia exclusivamente vía Radio Macuto!
Esto es lo más básico que se me viene a la cabeza. Si se quiere demostrar que el cambio ha servido para algo, veo inexcusable que se atiendan estas cosas.
Prefiero pensar en lo que viene de aquí en adelante. Pienso que la Filmoteca venía arrastrando defectos desde hace años, y tengo verdadera curiosidad por ver si algo de esto mejora en la etapa venidera. Vamos, dejo por aquí algunos aspectos a partir de los que creo que se deberá juzgar si la llegada de los futuros responsables ha sido acertada.
-Infraestructuras. Las butacas son infernales. El gallinero tiene su encanto, pero ver pelis largas desde ahí es una tortura.
-Programación. Abuso de películas en cartelera en cines comerciales, ciclos bastante conservadores, cierres estacionales con cualquier excusa... parece como si en los últimos años la cartelera surgiera más de la inercia y la pereza que de la audacia y las buenas ideas.
-El cine club. Por el horario y por el propio formato, parecía que era una actividad vergonzante, y no el corazón de la Filmoteca. Habría que cuidar y potenciar más las sesiones, los debates previos y posteriores, y siempre se echó en falta que existiera una cinemateca (fondos cinematográficos propios para exhibición, pero también para consulta y préstamo), una biblioteca y una hemeroteca, y también que se emitieran publicaciones propias.
-Comunicación. Siempre ha sido catastrófica. La mayoría de las veces la cartelera se anunciaba de una semana para otra, mientras que la programación completa de las aparentemente más humildes sedes del resto de la Filmoteca de Cantabria se publica con meses de antelación. Desde el Palacio de Festivales (responsables últimos de la institución) se la pela todo lo referente a la Filmoteca, y no han tenido vergüenza en hacérmelo saber cuando les he consultado sobre ella. Los cambios de programación en la sede de Bonifaz se anunciaban sobre la marcha, y no pocas veces uno se enteraba en la misma puerta de que no se iba a emitir la película anunciada. Las cuentas de oficiales Facebook y Twitter se han ido gestionando de forma paupérrima por gente que tenía pinta de no saber nada de la propia Filmoteca, de cine en general ni de redes sociales. Los cursos, madre mía, ¡uno se enteraba de su existencia exclusivamente vía Radio Macuto!
Esto es lo más básico que se me viene a la cabeza. Si se quiere demostrar que el cambio ha servido para algo, veo inexcusable que se atiendan estas cosas.
Abajo el trabajo