27-06-06, 12:04
El viernes, Nosoträsh abrían a la vez que los chicos de Luis Aragonés jugaban en Alemania, y algunos seguían el partido por la pantalla mientras las chicas del pop edulcorado y simple repasaban temas de su último trabajo Cierra la puerta al salir y rescataban alguna pieza del pasado entre cuatro voces que se
mecen susurrantes. El último Vals cerró su participación.
Sexy Sadie vinieron a presentar Translate con la incorporación en su formación de Sergio Molina a la guitarra y teclados (ex Jet Lag) y el guitarrista Michael Young
(Satellites) que da más juego y permite que por momentos hayan tres guitarras a la vez, y dosvoces doblándose acercándose cada vez más la powerpop.
Dejaron momentos épicos como Take for me, la preciosa y desgarradora Always drunk o la clásica Someone like you.
Lo sorprendente vino después ya que Digitalism estaban metidos en medio de la tarde. Electro, wave, acid, minimal y techno- house para bailar.
Tras ellos los Editors se marcaron el concierto sorpresa del festival estando a la altura de los mejores. La sombra de Joy Division es muy alargada aunque ellos hagan una música más cercana al público, incluso en algún momento pueden recordar a Coldplay. Desgranaron la totalidad de su único disco The Black Room que en directo resulta mucho más marchoso. También hicieron Road to nowhere, de Talking Heads. Su cantante y guitarra tuvo actitud muy histriónica y vivió con pasión cada canción hasta el punto de acabar tirando su instrumento en el fin de su tiempo.
La música mestiza de Asian Dub Foundation puso en la cocktelera el punk, dub, reggae, ragga, pop..., agitaron toda la mezcla bien fuerte y llenaron el Summer Stage con esa fusión que incluso alcanzó para samplear a Ojos de brujo.
Los Charlatans dieron un concierto más contenido de lo que podría esperarse, preciosistas y precisos. Grandes músicos que en su último disco, se ponen en la piel de los Stones más discotequeros con NYC (thereís no need to stop) lo mismo que se apuntan a ritmos más jamaicanos como en el caso de Road to paradise.
Un pequeño trozo de la historia de Manchester quedó en Santander
tras el paso de temas como North country boy o la saltarina The only one I know.
Him tenía incondicionales puestos en las primeras filas del escenario grande desde primeras horas de la tarde. Una buena puesta escena, y montaje para un grupo de rock gótico bastante comercial. Se puede destacar la versión del Wicked game de Chris Isaak, uno de sus temas más conocidos.
Primal Scream hicieron honor a su fama y demostraron que son un grupo tan bueno como díscolo y después de setenta minutos en los que demostraron ser unas verdaderas apisonadoras, unas batidoras del house, el soul, la música disco y el punk y el rock and roll más sucio y gamberro.
Música alucinógena y envolvente. Eso sí no sonaron todo lo alto o abrasivo que cabía esperar. Primal Scream salieron y empezaron con Movin' on up. ¡Madre mía!, creo que casi me da un telele. El aire de los acantilados respiraba gloria cuando esa música de dioses se mezcló con la naturaleza y con todos nosotros.
Kill all hippies, Kowalski, When, The bomb drops o Country girl son algún ejemplo de lo que pudimos ver en ese tiempo.
Mi felicidad duró hasta que al- guien tiro un botellín de plástico que dio a Bobby Gillespie en medio de Rocks y éste se pilló tal cabreo que tiró el micro y se marchó al camerino directo. El grupo quedó acabando la canción y el concierto. Puede que ésa fuera la última canción pero según el programa faltaba media hora. Como mínimo los bises.
Por cierto, el bajista Mani empezó con eso de "Independencia para el pueblo vasco". ¿Pensaría que estábamos en Bilbao?...
mecen susurrantes. El último Vals cerró su participación.
Sexy Sadie vinieron a presentar Translate con la incorporación en su formación de Sergio Molina a la guitarra y teclados (ex Jet Lag) y el guitarrista Michael Young
(Satellites) que da más juego y permite que por momentos hayan tres guitarras a la vez, y dosvoces doblándose acercándose cada vez más la powerpop.
Dejaron momentos épicos como Take for me, la preciosa y desgarradora Always drunk o la clásica Someone like you.
Lo sorprendente vino después ya que Digitalism estaban metidos en medio de la tarde. Electro, wave, acid, minimal y techno- house para bailar.
Tras ellos los Editors se marcaron el concierto sorpresa del festival estando a la altura de los mejores. La sombra de Joy Division es muy alargada aunque ellos hagan una música más cercana al público, incluso en algún momento pueden recordar a Coldplay. Desgranaron la totalidad de su único disco The Black Room que en directo resulta mucho más marchoso. También hicieron Road to nowhere, de Talking Heads. Su cantante y guitarra tuvo actitud muy histriónica y vivió con pasión cada canción hasta el punto de acabar tirando su instrumento en el fin de su tiempo.
La música mestiza de Asian Dub Foundation puso en la cocktelera el punk, dub, reggae, ragga, pop..., agitaron toda la mezcla bien fuerte y llenaron el Summer Stage con esa fusión que incluso alcanzó para samplear a Ojos de brujo.
Los Charlatans dieron un concierto más contenido de lo que podría esperarse, preciosistas y precisos. Grandes músicos que en su último disco, se ponen en la piel de los Stones más discotequeros con NYC (thereís no need to stop) lo mismo que se apuntan a ritmos más jamaicanos como en el caso de Road to paradise.
Un pequeño trozo de la historia de Manchester quedó en Santander
tras el paso de temas como North country boy o la saltarina The only one I know.
Him tenía incondicionales puestos en las primeras filas del escenario grande desde primeras horas de la tarde. Una buena puesta escena, y montaje para un grupo de rock gótico bastante comercial. Se puede destacar la versión del Wicked game de Chris Isaak, uno de sus temas más conocidos.
Primal Scream hicieron honor a su fama y demostraron que son un grupo tan bueno como díscolo y después de setenta minutos en los que demostraron ser unas verdaderas apisonadoras, unas batidoras del house, el soul, la música disco y el punk y el rock and roll más sucio y gamberro.
Música alucinógena y envolvente. Eso sí no sonaron todo lo alto o abrasivo que cabía esperar. Primal Scream salieron y empezaron con Movin' on up. ¡Madre mía!, creo que casi me da un telele. El aire de los acantilados respiraba gloria cuando esa música de dioses se mezcló con la naturaleza y con todos nosotros.
Kill all hippies, Kowalski, When, The bomb drops o Country girl son algún ejemplo de lo que pudimos ver en ese tiempo.
Mi felicidad duró hasta que al- guien tiro un botellín de plástico que dio a Bobby Gillespie en medio de Rocks y éste se pilló tal cabreo que tiró el micro y se marchó al camerino directo. El grupo quedó acabando la canción y el concierto. Puede que ésa fuera la última canción pero según el programa faltaba media hora. Como mínimo los bises.
Por cierto, el bajista Mani empezó con eso de "Independencia para el pueblo vasco". ¿Pensaría que estábamos en Bilbao?...
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)