27-06-06, 11:54
Paraíso musical
El Santander Summer Festival 2006 se consolida y repite éxito en una segunda edición marcada por una mayor calidad y oferta musical
SANTIAGO VEGUÍN MARTÍN. Santander
Si el año pasado el Santander Summer Festival se bautizaba en aguas del Cantábrico, en esta segunda edición podemos decir que se ha confirmado, en el mismo maravilloso entorno, superando las cifras de público asistente en la anterior cita. La asistencia total de los tres días ha sido de 34.081 personas y el sábado se reunieron la friolera de 18.312 personas. A pesar de la amenaza de lluvias y tormentas que se habían anunciado para estos días, a medida que se iban salvando las jornadas con buen tiempo, se puede decir que la respuesta del público ha sido satisfactoria.
Más y mejor. Ese sería un buen resumen de lo que ha diferido entre las dos SSF. La organiza ción ha cumplido con su parte de manera notable, los músicos han hecho las delicias de miles de aficionados, y parece que no se han registrado incidentes.
Como titulan The Charlatans en una de sus canciones, Road to paradise cuando inicias el camino que sube de Corbán a Rostrio, se abre ante tus ojos un entorno tan
destacado, tan relajante que a poco que el tiempo acompañe, invita a la fiesta y diversión de manera automática. Así lo debieron entender hace algo más de un año la empresa Last Tour International y el Ayuntamiento de Santander que han
elegido ese terreno idílico para plantar la semilla de un festival que en esta segunda edición ha seguido creciendo, afortunadamente hacia la luz. El tiempo,
salvo un chaparrón de media hora ha acompañado en todas las jornadas.
El jueves 22 de junio teníamos una especie de aperitivo de lo que iba a venir los dos días siguientes. A las 18:30 el grupo de Getxo Standard era el encargado de dar el pistoletazo de salida. Creo que no era el horario adecuado para ellos pero empezar un festival así da categoría al evento. Como quiera que era todavía
día de labor y que mucha gente estaría de camino y otros montando, se puede decir que éramos los de siempre y alguno más.
Deu cogió el micro y saludó: "Hola Santi", un servidor levantó la mano y devolvió el saludo mientras pensaba "qué salado, antes de que todo empiece se acuerda de los fieles".
Después de esto, la música comenzó a sonar. Sobra decir que hablaré bien de ellos, pero no es simple pasión de fan. Es que con un solo disco 3000V-40000W en las espaldas los chicos apuntan ya muy lejos y en sus directos es imposible que no se te vayan los pies detrás de la música. Máquinas de hacer bailar, multiplicanpor dos no solo las guitarras sino que también las baterías. Además, percusiones y teclados y el
bajo que alguna que otra vez suelta Deu para bailar él también, hace que la música fluya por su cuerpo y se deja llevar, su cara de felicidad lo dice todo.
Además tienen un don especial para conectar con la gente y hacerse queridos, arriman el hombro sin ningún esfuerzo y no era extraño después verles compartiendo impresiones con los que fueron a su actuación o apoyando con su presencia a los Dj's de Cantabria como fue el caso de as pinchadas de Patrullero y Spongebob. Larga vida a Standard.
Edwin Moses tuvo la difícil misión de hacer que su música soul no se perdiera en una carpa inmensa. Incluso llevaron una pequeña sección de vientos de dos personas pero el resultado no pasó de un cuidado y elegante concierto pero fuera de lugar.
La banda sueca Envelopes animó de nuevo la tarde y dejaron un buen sabor de boca con composiciones como It Is The Law o Sister in love, muy en la línea de los Pixies.
Luego los Infadels pusieron la carpa patas arriba y con su elec- tro-punk rock no dejaron de botar cual pelotas de goma rebotando contra todo. Saltos, bailes,
break-dance sobre las sombras, luces rojo fuego y todo la gente moviendo la cadera al grito de I can't get enough. Lo más explosivo del día que cerrarían Marlango con su música de cámara. Jazz noctámbulo más apropiado para un teatro que para el fin de
jornada de un festival como éste, ya que a pesar de la belleza de sus canciones no tienen casi temas movidos y sólo con It's All Right y alguna que otra, no da
para cumplir esta función.
El Santander Summer Festival 2006 se consolida y repite éxito en una segunda edición marcada por una mayor calidad y oferta musical
SANTIAGO VEGUÍN MARTÍN. Santander
Si el año pasado el Santander Summer Festival se bautizaba en aguas del Cantábrico, en esta segunda edición podemos decir que se ha confirmado, en el mismo maravilloso entorno, superando las cifras de público asistente en la anterior cita. La asistencia total de los tres días ha sido de 34.081 personas y el sábado se reunieron la friolera de 18.312 personas. A pesar de la amenaza de lluvias y tormentas que se habían anunciado para estos días, a medida que se iban salvando las jornadas con buen tiempo, se puede decir que la respuesta del público ha sido satisfactoria.
Más y mejor. Ese sería un buen resumen de lo que ha diferido entre las dos SSF. La organiza ción ha cumplido con su parte de manera notable, los músicos han hecho las delicias de miles de aficionados, y parece que no se han registrado incidentes.
Como titulan The Charlatans en una de sus canciones, Road to paradise cuando inicias el camino que sube de Corbán a Rostrio, se abre ante tus ojos un entorno tan
destacado, tan relajante que a poco que el tiempo acompañe, invita a la fiesta y diversión de manera automática. Así lo debieron entender hace algo más de un año la empresa Last Tour International y el Ayuntamiento de Santander que han
elegido ese terreno idílico para plantar la semilla de un festival que en esta segunda edición ha seguido creciendo, afortunadamente hacia la luz. El tiempo,
salvo un chaparrón de media hora ha acompañado en todas las jornadas.
El jueves 22 de junio teníamos una especie de aperitivo de lo que iba a venir los dos días siguientes. A las 18:30 el grupo de Getxo Standard era el encargado de dar el pistoletazo de salida. Creo que no era el horario adecuado para ellos pero empezar un festival así da categoría al evento. Como quiera que era todavía
día de labor y que mucha gente estaría de camino y otros montando, se puede decir que éramos los de siempre y alguno más.
Deu cogió el micro y saludó: "Hola Santi", un servidor levantó la mano y devolvió el saludo mientras pensaba "qué salado, antes de que todo empiece se acuerda de los fieles".
Después de esto, la música comenzó a sonar. Sobra decir que hablaré bien de ellos, pero no es simple pasión de fan. Es que con un solo disco 3000V-40000W en las espaldas los chicos apuntan ya muy lejos y en sus directos es imposible que no se te vayan los pies detrás de la música. Máquinas de hacer bailar, multiplicanpor dos no solo las guitarras sino que también las baterías. Además, percusiones y teclados y el
bajo que alguna que otra vez suelta Deu para bailar él también, hace que la música fluya por su cuerpo y se deja llevar, su cara de felicidad lo dice todo.
Además tienen un don especial para conectar con la gente y hacerse queridos, arriman el hombro sin ningún esfuerzo y no era extraño después verles compartiendo impresiones con los que fueron a su actuación o apoyando con su presencia a los Dj's de Cantabria como fue el caso de as pinchadas de Patrullero y Spongebob. Larga vida a Standard.
Edwin Moses tuvo la difícil misión de hacer que su música soul no se perdiera en una carpa inmensa. Incluso llevaron una pequeña sección de vientos de dos personas pero el resultado no pasó de un cuidado y elegante concierto pero fuera de lugar.
La banda sueca Envelopes animó de nuevo la tarde y dejaron un buen sabor de boca con composiciones como It Is The Law o Sister in love, muy en la línea de los Pixies.
Luego los Infadels pusieron la carpa patas arriba y con su elec- tro-punk rock no dejaron de botar cual pelotas de goma rebotando contra todo. Saltos, bailes,
break-dance sobre las sombras, luces rojo fuego y todo la gente moviendo la cadera al grito de I can't get enough. Lo más explosivo del día que cerrarían Marlango con su música de cámara. Jazz noctámbulo más apropiado para un teatro que para el fin de
jornada de un festival como éste, ya que a pesar de la belleza de sus canciones no tienen casi temas movidos y sólo con It's All Right y alguna que otra, no da
para cumplir esta función.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)