24-10-11, 12:27
http://www.eldiariomontanes.es/v/2011102...11023.html
«Nunca he creído en el proyecto de Escenario Santander»
La agrupación cántabra, desencantada de la situación musical de la región, presenta el próximo día 4 su segundo disco en Casyc
Moebius trío Banda de jazz-rock
Su sonido emula varios géneros; pero sin una referencia clara. «Somos demasiado 'jazzeros' para el rock y demasiado 'rockeros' para el jazz», ironiza Manuel Cabaniñas, voz del grupo que completan Javier San Miguel y Julio Olavarrieta. Hubo un tiempo en que fueron menos; también otro en que sumaron más. Seis años de entradas y salidas, de pruebas sonoras, de sintonías personales, han configurado la triada que «de momento parece definitiva». Lo dice el nombre, Moebius trío; aunque en los discos aún no han alcanzado esa cifra. Se han quedado en el '2', el de su segundo trabajo, que estrenan el próximo día 4 de noviembre en el Casyc.
-¿El trío es definitivo?
-De toda la gente que ha pasado por la banda nos hemos quedado los que de verdad conectamos con la línea que pretendemos trabajar. Ha sido el tiempo el que ha ido configurando las cosas.
-Para conectar hay que dominar, por lo menos, dos instrumentos.
-Lo cierto es que yo no soy ningún virtuoso con ninguno de los que manejo. No es tan imprescindible. Quizá Julio y Javier sí lo sean. Yo me acerco a los sintetizadores, a la trompeta, etc, pero siempre de una manera muy amateur. Digamos que mi forma de tocar es un poco peculiar.
-Pero suena bien.
-Nos defendemos.
-Y queda más patente en las improvisaciones.
-La improvisación es lo que mantiene nuestro estilo ligado al jazz. Este género no es nada sin la improvisación. Pero claro, detrás de todo eso hay mucho trabajo. Inventamos en el escenario, sí; pero sobre una base muy trabajada que conocemos a la perfección. Sabemos que yendo por ese camino, cualquier cosa que añadamos no puede fallar.
-¿Todo funciona en esa amalgama extraña de jazz que es rock y rock que es jazz, aderezado con ese toque de electrónica?
-Es cierto que nos encontramos un poco en terreno de nadie. Somos demasiado 'jazzeros' para el rock y demasiado 'rockeros' para el jazz. Pero es que nuestra seña de identidad es precisamente esa.
-Y ese espíritu se mantiene en este segundo trabajo.
-Puede que incluso con mayor énfasis. Este segundo disco es más personal. En el primero teníamos más vías abiertas. Con '2', de alguna manera hemos encontrado nuestro sitio, una dirección, el camino por el que queremos seguir.
-¿Cuál es?
-En el primer disco había temas muy de jazz, otros más 'rockeros', e incluso más electrónicos. Esta vez somos más directos, más sencillos, más claros, también en la grabación. Hay menos producción.
-¿Menos producción?
-Me refiero a que hemos grabado en el pequeño estudio donde ensayamos. No hemos gastado tiempo en horas y horas de estudio, de retoques, etc.
-Por eso se acerca mucho más al directo.
-Pero no debemos hacer comparativas. Son momentos diferentes. La gente no debería ir a los directos esperando una mera traducción del disco, de hecho redibujamos todas las canciones un poco.
-Por eso cada concierto es una sorpresa.
-Nosotros en sí ya somos una sorpresa (con ironía).
-Casyc será el primero de varios directos presentación.
-Esperamos que sea así; pero la situación musical está muy complicada, y más en Cantabria.
-¿Siguen resistiéndose las salas?
-Tampoco quiero parecer un indignado. Entiendo que nosotros tenemos más dificultades que otras bandas porque nuestra música es más difícil. Pero aparte de eso cuesta mucho encontrar sitios donde tocar.
-Escenario Santander parece que necesita más vida musical.
-Nunca he creído en el proyecto de Escenario Santander. No está funcionando bien. Se ha construido un edificio muy bonito, en el que se pueden dar grandes conciertos; pero si no eres un promotor musical o una banda de cierto renombre, es imposible entrar.
-Se supone que se construye para dar cabida a las bandas locales.
-Eso es una mentira, un engaño. Te dejan tocar, claro; pero para hacerlo hay que poner sobre la mesa 1.500 euros. Seguro que si voy a la sala Sol de Madrid me piden lo mismo, y es comprensible, porque es un espacio privado. Pero la sala de Las Llamas la hemos pagado entre todos. Creo que es una pena que todo esto esté funcionando así. Conozco a Charly Charlón, un amigo, y me da lástima que le haya tocado vivirlo dentro. Lo peor de todo es que hay muchos músicos que opinan igual, muchas agrupaciones que piensan lo mismo; pero no se atreven a denunciarlo.
«Nunca he creído en el proyecto de Escenario Santander»
La agrupación cántabra, desencantada de la situación musical de la región, presenta el próximo día 4 su segundo disco en Casyc
Moebius trío Banda de jazz-rock
Su sonido emula varios géneros; pero sin una referencia clara. «Somos demasiado 'jazzeros' para el rock y demasiado 'rockeros' para el jazz», ironiza Manuel Cabaniñas, voz del grupo que completan Javier San Miguel y Julio Olavarrieta. Hubo un tiempo en que fueron menos; también otro en que sumaron más. Seis años de entradas y salidas, de pruebas sonoras, de sintonías personales, han configurado la triada que «de momento parece definitiva». Lo dice el nombre, Moebius trío; aunque en los discos aún no han alcanzado esa cifra. Se han quedado en el '2', el de su segundo trabajo, que estrenan el próximo día 4 de noviembre en el Casyc.
-¿El trío es definitivo?
-De toda la gente que ha pasado por la banda nos hemos quedado los que de verdad conectamos con la línea que pretendemos trabajar. Ha sido el tiempo el que ha ido configurando las cosas.
-Para conectar hay que dominar, por lo menos, dos instrumentos.
-Lo cierto es que yo no soy ningún virtuoso con ninguno de los que manejo. No es tan imprescindible. Quizá Julio y Javier sí lo sean. Yo me acerco a los sintetizadores, a la trompeta, etc, pero siempre de una manera muy amateur. Digamos que mi forma de tocar es un poco peculiar.
-Pero suena bien.
-Nos defendemos.
-Y queda más patente en las improvisaciones.
-La improvisación es lo que mantiene nuestro estilo ligado al jazz. Este género no es nada sin la improvisación. Pero claro, detrás de todo eso hay mucho trabajo. Inventamos en el escenario, sí; pero sobre una base muy trabajada que conocemos a la perfección. Sabemos que yendo por ese camino, cualquier cosa que añadamos no puede fallar.
-¿Todo funciona en esa amalgama extraña de jazz que es rock y rock que es jazz, aderezado con ese toque de electrónica?
-Es cierto que nos encontramos un poco en terreno de nadie. Somos demasiado 'jazzeros' para el rock y demasiado 'rockeros' para el jazz. Pero es que nuestra seña de identidad es precisamente esa.
-Y ese espíritu se mantiene en este segundo trabajo.
-Puede que incluso con mayor énfasis. Este segundo disco es más personal. En el primero teníamos más vías abiertas. Con '2', de alguna manera hemos encontrado nuestro sitio, una dirección, el camino por el que queremos seguir.
-¿Cuál es?
-En el primer disco había temas muy de jazz, otros más 'rockeros', e incluso más electrónicos. Esta vez somos más directos, más sencillos, más claros, también en la grabación. Hay menos producción.
-¿Menos producción?
-Me refiero a que hemos grabado en el pequeño estudio donde ensayamos. No hemos gastado tiempo en horas y horas de estudio, de retoques, etc.
-Por eso se acerca mucho más al directo.
-Pero no debemos hacer comparativas. Son momentos diferentes. La gente no debería ir a los directos esperando una mera traducción del disco, de hecho redibujamos todas las canciones un poco.
-Por eso cada concierto es una sorpresa.
-Nosotros en sí ya somos una sorpresa (con ironía).
-Casyc será el primero de varios directos presentación.
-Esperamos que sea así; pero la situación musical está muy complicada, y más en Cantabria.
-¿Siguen resistiéndose las salas?
-Tampoco quiero parecer un indignado. Entiendo que nosotros tenemos más dificultades que otras bandas porque nuestra música es más difícil. Pero aparte de eso cuesta mucho encontrar sitios donde tocar.
-Escenario Santander parece que necesita más vida musical.
-Nunca he creído en el proyecto de Escenario Santander. No está funcionando bien. Se ha construido un edificio muy bonito, en el que se pueden dar grandes conciertos; pero si no eres un promotor musical o una banda de cierto renombre, es imposible entrar.
-Se supone que se construye para dar cabida a las bandas locales.
-Eso es una mentira, un engaño. Te dejan tocar, claro; pero para hacerlo hay que poner sobre la mesa 1.500 euros. Seguro que si voy a la sala Sol de Madrid me piden lo mismo, y es comprensible, porque es un espacio privado. Pero la sala de Las Llamas la hemos pagado entre todos. Creo que es una pena que todo esto esté funcionando así. Conozco a Charly Charlón, un amigo, y me da lástima que le haya tocado vivirlo dentro. Lo peor de todo es que hay muchos músicos que opinan igual, muchas agrupaciones que piensan lo mismo; pero no se atreven a denunciarlo.