14-01-08, 13:28
Creo que la única pachanga que suena en el Opium es la que pone DJ Sponge cuando se desfasa a poner videos :p
No, en serio, estoy totalmente de acuerdo: para mi conocer -de verdad- el Opium ha sido todo un descubrimiento... Miguel arriesga todo lo que está en su mano y más para que sea un bar distinto, a pesar de lo fácil que sería dejarse llevar por la corriente del ambiente de cañadío. Programación con distintos estilos de música, pero siempre de calidad, conciertos, cortos, fiestas.... no, no es un bar más
Y coincido también con Chema en esos dos "grupos" de gente que yo también he visto aparecer por el bar los jueves cuando pincho: esos que no entran por la música, pero que se quedan un buen rato, e incluso terminan preguntando de quién es algún tema... y los que van motivados por lo que suena, y hacen peticiones más que razonables, etc... todo eso hace pensar que, efectivamente, se está consiguiendo que en un bareto en el centro, que puede parecer un local pijo más, se escuche buena música, la gente lo disfrute, y descubra cosas nuevas.
Y eso en Santander, más que un logro, es un milagro
No, en serio, estoy totalmente de acuerdo: para mi conocer -de verdad- el Opium ha sido todo un descubrimiento... Miguel arriesga todo lo que está en su mano y más para que sea un bar distinto, a pesar de lo fácil que sería dejarse llevar por la corriente del ambiente de cañadío. Programación con distintos estilos de música, pero siempre de calidad, conciertos, cortos, fiestas.... no, no es un bar más
Y coincido también con Chema en esos dos "grupos" de gente que yo también he visto aparecer por el bar los jueves cuando pincho: esos que no entran por la música, pero que se quedan un buen rato, e incluso terminan preguntando de quién es algún tema... y los que van motivados por lo que suena, y hacen peticiones más que razonables, etc... todo eso hace pensar que, efectivamente, se está consiguiendo que en un bareto en el centro, que puede parecer un local pijo más, se escuche buena música, la gente lo disfrute, y descubra cosas nuevas.
Y eso en Santander, más que un logro, es un milagro
RTZ!