14-12-06, 13:08
Lo hicieron divertido
Plastic Adict está de cumpleaños. Para celebrarlo han organizado una serie de actividades, entre las que destacan los conciertos de Standard, Da, Francisco Nixon o la presencia de Sergio Algora, además de varias sesiones como dj’s.
El pasado jueves 7 de diciembre, en medio del puente, teníamos el plato fuerte. Concierto de Standard con pinchada posterior de Deu y los homenajeados. Todo ello en la sala BNS, con el incomparable marco del mar cantábrico de fondo.
Como reza el lema de esta pareja de dj’s “Si es aburrido, lo haremos divertido”. Pues bien, no resultó aburrido en ningún momento, pero lo hicieron tremendamente divertido. Empezando por la banda de Getxo y acabando por ellos mismos.
Antes de empezar todo, preguntándole a Londonboy sobre la sala, me comentaba “está bien, es un poco futbolín pero está bien”. Efectivamente, con la nueva distribución, el escenario está en un fondo; la gente se sitúa desde allí al lado opuesto. Es un rectángulo donde tres columnas parecen marcar las imaginarias barras de ese futbolín humano.
Pues bien, el partido lo jugábamos con un equipo que es la revelación de la temporada. Su formación asustaba, dos hombres por línea. Deu (voz y bajo) y Paulino Rios (teclados) abrían paso. Después los dos guitarras, Juan Escribano y Jon Aguirrezabalaga (último fichaje). Al fondo, dos baterías enfrentados (Adolfo “Londonboy” y Javi Letamendia).
Salieron con la determinación de pasarnos por encima. A estos no les valen ni tácticas, ni tiki taka, ni juego de contención ni demás chuflas marineras. Juegan todos al ataque y se dejan los cuernos del primer al último minuto. No en vano, dejaron fuera del repertorio I Love you, única canción lenta del disco.
Tienen el descaro y la osadía de Leo Messi, han salido para comerse el mundo y lo van a conseguir. Y si no lo consiguen, que les quiten lo bailado (nunca mejor dicho). El día que puedan, le tirarán un caño al mismo Maradona, seguro.
Standard encima de las tablas, son y representan la fantasía de un montón de gente. El sueño de tocar en directo, de hacer lo que te da la gana y ponerte el mundo por montera. Ponen tanto empeño e ilusión en que ese sueño vaya lo más lejos posible, que verles debe resultar gratificante para los que no han tenido la misma suerte. Tiene que ser un alivio comprobar como hay bandas que están dando el paso y no ahorran ningún esfuerzo en ese camino. Creo que son la proyección perfecta del grupo que todos querríamos tener. Divertido, contagioso, adictivo y tremendamente carismático. Tienen un “enganche” natural con la gente del que no todos pueden hacer gala. Seguramente por lo que acabo de comentar y porque el traje de músico no tapa su lado más humano o social.
Transmiten chulería y descaro y a la vez cercanía y complicidad. Con ellos se ve el peligro pero lejos de huir, el público lo que hace es acercarse a él, participar. Incitan al desmelene, son lascivos, provocadores... les sale todo con una naturalidad tremenda. Sus conciertos parecen ensayos a puerta abierta. Los guiños, los bailes, las risas... están igual de sueltos encima del escenario que cualquiera de nosotros camuflados en la multitud.
Entre grupo y público no hay barrera ninguna y lo mismo baja Deu en medio de un tema a mezclarse entre la gente (los agarra, los abraza, salta con ellos), que los espectadores suben al escenario con la banda tocando. Sus actuaciones siempre van hacia arriba.
Si el destino tiene preparado para Standard ser un gran cuadro, una obra maestra, los primeros trazos que están dando no pueden ir mejor encaminados. Son unos trazos claros, vitales, eléctricos. Lo que se intuye es bastante esperanzador.
El concierto fue tan corto como intenso. Salieron todos uniformados, cada uno con una camisa de color y sus correspondientes brazaletes con el logo serigrafiado. Como un verdadero equipo. En la hora que estuvieron encima del escenario tocaron los temas más bailables y explosivos de su único disco 3000V-40000W. Sonaron sin pausa Lovetrain, Hippie, The Pill Song (Wowee), Happy Song, On the floor, Txusma remix, Pressure, Jam #256 (believe in yourself) y la versión cachonda de Ritmo de la noche donde Javi Letamendia hace de improvisado Go-Go. Rock, electrónica, punk, funk, música disco... guitarras chirriantes, ritmos machacones, percusiones trepidantes y esa voz pervertida (a veces tan cercana a Jim Morrison). El público moviéndose como autómatas, el padre de uno de sus miembros subiendo a participar de la fiesta, y las proyecciones de Urbansapiens en un lateral de la sala...el desmadre. Bien es cierto que esta vez Deu parecía haberse lavado la lengua con jabón. No hubo improperios como otras veces. Estaban algo más recatados , menos provocadores. Seguramente la presencia de los familiares tuvo algo que ver.
Al final de la actuación Deu se puso a los platos. Talking Heads, Teenage Fanclub, Stone Roses, Happy Mondays, etc...música variada y de calidad. Luego tomaron el relevo los Plastic Adict dj’s
Era el momento para comentar la jugada con los miembros del grupo. ¡Qué vecinos más majos!. Arriman el hombro como el que más. Son transparentes, no engañan, se les ve venir de lejos.
Nuestra relación de espacios comunes no solo se reduce a la música, aunque la música haya sido la Celestina que nos ha juntado. Hay una afinidad especial, esa sensación tan misteriosa de que tienes casi “clones” en otras partes de la geografía, que hay gente a la que acabas de conocer pero que siempre la conociste.
Nos despedimos hasta la próxima, que no puede quedar muy lejos y seguimos bailando toda la noche al ritmo de los Rolling Stones, Joy División, Infadels, Delorean... y como no, los propios Standard.
Plastic Adict está de cumpleaños. Para celebrarlo han organizado una serie de actividades, entre las que destacan los conciertos de Standard, Da, Francisco Nixon o la presencia de Sergio Algora, además de varias sesiones como dj’s.
El pasado jueves 7 de diciembre, en medio del puente, teníamos el plato fuerte. Concierto de Standard con pinchada posterior de Deu y los homenajeados. Todo ello en la sala BNS, con el incomparable marco del mar cantábrico de fondo.
Como reza el lema de esta pareja de dj’s “Si es aburrido, lo haremos divertido”. Pues bien, no resultó aburrido en ningún momento, pero lo hicieron tremendamente divertido. Empezando por la banda de Getxo y acabando por ellos mismos.
Antes de empezar todo, preguntándole a Londonboy sobre la sala, me comentaba “está bien, es un poco futbolín pero está bien”. Efectivamente, con la nueva distribución, el escenario está en un fondo; la gente se sitúa desde allí al lado opuesto. Es un rectángulo donde tres columnas parecen marcar las imaginarias barras de ese futbolín humano.
Pues bien, el partido lo jugábamos con un equipo que es la revelación de la temporada. Su formación asustaba, dos hombres por línea. Deu (voz y bajo) y Paulino Rios (teclados) abrían paso. Después los dos guitarras, Juan Escribano y Jon Aguirrezabalaga (último fichaje). Al fondo, dos baterías enfrentados (Adolfo “Londonboy” y Javi Letamendia).
Salieron con la determinación de pasarnos por encima. A estos no les valen ni tácticas, ni tiki taka, ni juego de contención ni demás chuflas marineras. Juegan todos al ataque y se dejan los cuernos del primer al último minuto. No en vano, dejaron fuera del repertorio I Love you, única canción lenta del disco.
Tienen el descaro y la osadía de Leo Messi, han salido para comerse el mundo y lo van a conseguir. Y si no lo consiguen, que les quiten lo bailado (nunca mejor dicho). El día que puedan, le tirarán un caño al mismo Maradona, seguro.
Standard encima de las tablas, son y representan la fantasía de un montón de gente. El sueño de tocar en directo, de hacer lo que te da la gana y ponerte el mundo por montera. Ponen tanto empeño e ilusión en que ese sueño vaya lo más lejos posible, que verles debe resultar gratificante para los que no han tenido la misma suerte. Tiene que ser un alivio comprobar como hay bandas que están dando el paso y no ahorran ningún esfuerzo en ese camino. Creo que son la proyección perfecta del grupo que todos querríamos tener. Divertido, contagioso, adictivo y tremendamente carismático. Tienen un “enganche” natural con la gente del que no todos pueden hacer gala. Seguramente por lo que acabo de comentar y porque el traje de músico no tapa su lado más humano o social.
Transmiten chulería y descaro y a la vez cercanía y complicidad. Con ellos se ve el peligro pero lejos de huir, el público lo que hace es acercarse a él, participar. Incitan al desmelene, son lascivos, provocadores... les sale todo con una naturalidad tremenda. Sus conciertos parecen ensayos a puerta abierta. Los guiños, los bailes, las risas... están igual de sueltos encima del escenario que cualquiera de nosotros camuflados en la multitud.
Entre grupo y público no hay barrera ninguna y lo mismo baja Deu en medio de un tema a mezclarse entre la gente (los agarra, los abraza, salta con ellos), que los espectadores suben al escenario con la banda tocando. Sus actuaciones siempre van hacia arriba.
Si el destino tiene preparado para Standard ser un gran cuadro, una obra maestra, los primeros trazos que están dando no pueden ir mejor encaminados. Son unos trazos claros, vitales, eléctricos. Lo que se intuye es bastante esperanzador.
El concierto fue tan corto como intenso. Salieron todos uniformados, cada uno con una camisa de color y sus correspondientes brazaletes con el logo serigrafiado. Como un verdadero equipo. En la hora que estuvieron encima del escenario tocaron los temas más bailables y explosivos de su único disco 3000V-40000W. Sonaron sin pausa Lovetrain, Hippie, The Pill Song (Wowee), Happy Song, On the floor, Txusma remix, Pressure, Jam #256 (believe in yourself) y la versión cachonda de Ritmo de la noche donde Javi Letamendia hace de improvisado Go-Go. Rock, electrónica, punk, funk, música disco... guitarras chirriantes, ritmos machacones, percusiones trepidantes y esa voz pervertida (a veces tan cercana a Jim Morrison). El público moviéndose como autómatas, el padre de uno de sus miembros subiendo a participar de la fiesta, y las proyecciones de Urbansapiens en un lateral de la sala...el desmadre. Bien es cierto que esta vez Deu parecía haberse lavado la lengua con jabón. No hubo improperios como otras veces. Estaban algo más recatados , menos provocadores. Seguramente la presencia de los familiares tuvo algo que ver.
Al final de la actuación Deu se puso a los platos. Talking Heads, Teenage Fanclub, Stone Roses, Happy Mondays, etc...música variada y de calidad. Luego tomaron el relevo los Plastic Adict dj’s
Era el momento para comentar la jugada con los miembros del grupo. ¡Qué vecinos más majos!. Arriman el hombro como el que más. Son transparentes, no engañan, se les ve venir de lejos.
Nuestra relación de espacios comunes no solo se reduce a la música, aunque la música haya sido la Celestina que nos ha juntado. Hay una afinidad especial, esa sensación tan misteriosa de que tienes casi “clones” en otras partes de la geografía, que hay gente a la que acabas de conocer pero que siempre la conociste.
Nos despedimos hasta la próxima, que no puede quedar muy lejos y seguimos bailando toda la noche al ritmo de los Rolling Stones, Joy División, Infadels, Delorean... y como no, los propios Standard.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)