24-11-06, 17:24
Bueno, creo que todos los conciertos del Wintercase les han puesto un pelín más altos de lo que deberían, en todos se acaba con un buen pitido de oídos, no ha sido solo con el de SB. Aparte, Isabel León metió un par de gambas curiosas, pero es tan maja que se la perdonan jajaja. Alfaro cambió el orden de alguna estrofa, pero eso ya es marca de la casa, y pese a la pinta de cascado que tiene, ayer le ví más centrado y más satisfecho con lo que hacía que nunca. Aparte, sí que al principio estaban más fríos y en la recta final todo fue como más atronador, pero quizás también porque en la última media hora sonaron canciones que dan para lucirse más, bien metiendo caña como Efervescente o En qué clase de animal, o bien haciendo el chon con el feedback, como en La oración del desierto o El final de una quimera. Vamos, esa es mi visión personal.
Aparte de eso, la elección del repertorio me pareció bastante buena, por
mí podían haber seguido tocando un buen rato más (tocando más del Amigo de las tormentas, del Infierno B o del Family Album), pero tocaron 0 canciones regulares, todos temazos.
Y luego, las reflexiones que le surgen a uno al terminar todo, independientemente de cómo haya salido el concierto. Ves a unos tíos que ya han superado los 40 años, con familias e hijos, que siguen con sus trabajos aparte (menos Joaquín Pascual, que creo que es profesor de música) porque la música no les da para vivir. Hace un año estaban de gira con sus respectivos grupos; este año, otra vez todos juntos; el año que viene van a sacar al público proyectos nuevos. Gente que, al fin y al cabo, vive la música un poco de forma ajena a todo ese tinglado que normalmente entendemos por escena musical, que no deja de ser una mezcla entre circo e hipermercado. Gente que ve la música, ante todo, como una forma de vivir, de preguntarse a sí mismos y buscar respuestas para las cosas que les pasan en la vida...
En cierto modo, me quedaba un regusto parecido al del otro día en Wedding Present (aunque los de Albacete son bastante más majos, os lo puedo asegurar). Da la impresión de que a veces estamos perdiendo el norte.
Aparte de eso, la elección del repertorio me pareció bastante buena, por
mí podían haber seguido tocando un buen rato más (tocando más del Amigo de las tormentas, del Infierno B o del Family Album), pero tocaron 0 canciones regulares, todos temazos.
Y luego, las reflexiones que le surgen a uno al terminar todo, independientemente de cómo haya salido el concierto. Ves a unos tíos que ya han superado los 40 años, con familias e hijos, que siguen con sus trabajos aparte (menos Joaquín Pascual, que creo que es profesor de música) porque la música no les da para vivir. Hace un año estaban de gira con sus respectivos grupos; este año, otra vez todos juntos; el año que viene van a sacar al público proyectos nuevos. Gente que, al fin y al cabo, vive la música un poco de forma ajena a todo ese tinglado que normalmente entendemos por escena musical, que no deja de ser una mezcla entre circo e hipermercado. Gente que ve la música, ante todo, como una forma de vivir, de preguntarse a sí mismos y buscar respuestas para las cosas que les pasan en la vida...
En cierto modo, me quedaba un regusto parecido al del otro día en Wedding Present (aunque los de Albacete son bastante más majos, os lo puedo asegurar). Da la impresión de que a veces estamos perdiendo el norte.
Abajo el trabajo