12-09-06, 12:25
Segundo día
El viernes la solana había que fuera imposible permanecer en la tienda más allá de las 11:00 de la mañana. Menos mal que dormí solo. Me levanté pegado en un sauna más propia del campamento de una expedición arqueológica que de un festival.
Una ducha fría vino de maravilla. Mi cuerpo serrano, con barriga cervecera, con bastante pelo y piel más bien blanca, contrastaba bastante con el resto de los allí presentes. Una moza se duchaba tal y como Dios la trajo al mundo. Entre mis legañas vi un culo duro y despejado (Está claro que Iggy Pop tiene muchos adeptos).
Sergio me dijo “vete tirando que luego te alcanzo”. Pues bien, o estaba jodido, o se lo tomó con calma, o las dos cosas porque hasta eso de las 15:30 no nos volvimos a ver. Estuve toda la mañana en la misma cafetería cercana al recinto del día anterior. Mi soledad y yo tuvimos tiempo de ver a la selección de baloncesto ganar por 1 a Argentina, de papearnos 3 medios bocadillos, de beber 3 botellines de agua fresquita, una caña, un pacharán e incluso de tomarnos un helado. En la prensa local ya destacaban a Iggy & the Stooges.
En el café verde tuvo lugar el reencuentro con Sergio. Otro pacharán y otro botellín de agua y al recinto que Chachi ya estaba en las puertas.
Los tres juntos pasamos por el cacheo, a mi me sobaron el culo brevemente, no me hubiera importado un control más exhaustivo. Llegamos con 10 minutos de retraso y ya nos dijeron que Uzzhaia habían abierto con un tema de los Cult. Luego cayeron dos más. Igual que hicieron los Flaming Groovies con los Stones. El homenaje a uno de mis grupos favoritos hizo que los chicos me cayeran bien, pero no pude evitar imaginarme a Astbury y Duffy en ese mismo escenario a las 24:00 horas. Hubiera sido la ostia. Por lo demás, me gustaba más cuando abrían el festival grupos como Jet Lag.
Marah llegaron, vieron, y vencieron. Yo me esperaba mucho pero no tantísimo. Se enfrentaroan a una hora maldita, en el escenario más pequeño y con el jodido sol machacando nuestras cabezas. Pues bien, no tuvieron ninguna duda. Fueron a por el concierto con el cuchillo entre los dientes, con una determinación indudable. Dave Bielanko parecía dispuesto a dejarse las cuerdas vocales abrasadas allí mismo, las venas de su cuello eran lombrices gigantes latiendo al sol, se retorcían en carne viva. Su voz rajada destilaba rock and roll a babor y a estribor. Sus ojos semicerrados, apenas alcanzaban para abrirse a la luz, seguro que tuvo un viaje placentero, parecía bien “cargado”.
Serge bromeaba diciendo que en su país es como James Blunt, pero el concierto no fue ninguna broma. Dejaron una colección de canciones que en directo multiplican su efecto, parecen nacidas para ser tocadas en vivo. La banda funciona a las mil maravillas, hay conexión, hay pasión. La coordinación entre sus miembros es tan firme como la apuesta de D.B. por su chaqueta militar.
El final fue apoteósico con ambos hermanos subidos a las vallas, rodeados de flashes, batiéndose en duelo sin más armas que una acústica y una harmónica.
La ovación final del público fue generosa, agradecida, cálida. El aplausómetro echó fuego. El ritmo de las palmas, los gritos de la gente... tuve una sensación, que creo fue generalizada, de que ese aplauso tan sincero y cariñoso se lo han dado a muy pocos grupos. Recuerdo algo similar con Cracker, Cherry Valence... y por lo que cuentan J. Kaplan debió ser del estilo.
Eran las 18:00 horas y con lo que llevábamos, yo ya tenía la sensación de haber amortizado el bono.
Después de esa demostración, The Bottle of rockets me supieron a poco, claro que el final del concierto fue bastante notable. Aproveché para departir amigablemente con el gran Eloy y conocí en persona a Bonzo.
La transición se prolongó con Gang of four. El principio no me pareció malo, que coño, hasta me acerqué. Me estaba gustando. La verdad es que en las distancias cortas el cantante acojona bastante con esa mirada perdida, como desorientada. ¿será pose o estará jodido?. Con el tiempo se empezaron a rallar demasiado y a hacer canciones interminables. El número del bate de beisbol castigando el microondas se prolongó demasiado. Mis colegas ni siquiera salvan las tres primeras. Después del Paredes y el Azkena, Chachi no tiene ninguna duda. Este grupo le crispa y el sonido del bajo, más. David Watts que ya se lo oía se fue a tomar unos cacharros (todavía tengo en mi mente la frase con su sonido real, con ese acentazo que tiene el figura).
Luego vendrían los Eagles of death metal. Otro concierto bien entretenido, de lo que podría ser una caricatura e grupo de rock, pero con músicos de calidad. Van de coña pero tocan en serio. Exageran y bromena con todos los tics rocanroleros. Lanzan peines en lugar de puas, son más chulos que un ocho, pero además de todo... queda su música que no está nada mal. A veces podrían has pasar por una de esas orquestas que van pasando por los pueblos dejando un repertorio cargado de versiones de los clásicos. Claro que ya podrían ser todas las orquestas así.
Big Star y el eterno debate. Que si pegan, que si no pegan, que si son muy blandos para el Azkena , que si bla, bla, bla... zarandajas.
Yo creo que tener a grupos tan buenos en el festival y plantearse si deberían estar o no, está fuera de lugar. Además, me parece que durante el día hay tiempo para todo.
Ver las evoluciones vocales de Auer y Stringfellow, esos coros celestiales... las voces se balancean, van y vienen y te mecen en plena noche como una brisa letal. Caigo ante ese misterioso hechizo, me rindo, me abandono a esos cantos de sirena. El kalimotxo sube por mi cuerpo, estoy embotado... a punto de la lágrima. Miro a mis colegas del Ebrovisión (Ramiro, Carol y Luisbe) y veo que también están bastante emocionados. Parece que Alex Chilton, lejos de tomar el protagonismo, da bastante libertada a los dos Posies.
Finalmente no aguanto más y decido ver el final de actuación en primera fila y tirar unas fotos. La verdad es que han salido muy oscuras.
En definitiva, Big Star o la capacidad de emocionar sin un solo garrotazo de guitarra. Claro que con canciones como September gurls o The ballad of El Goodo ¿quién se resiste?.
A partir de aquí, no puedo ser muy objetivo en mi análisis y es que al igual que en el Tour de Francia, siempre hay algún momento en el que a los ciclistas les da el bajón y como quiera que nosotros no nos podíamos dopara, pues vimos la tripleta Redd Kross, Buckcherry y The New York Dolls totalmente tronzados.
Los primeros me jode en el alma porque era el grupo que más ganas tenía de ver. Estuvimos dos canciones de pie, a la tercera Chachi se fue al prado de la izquierda y Sergio y yo lo acompañamos. Eso fue el principio del fin. Maldito bajón físico. Los vi sentado, en la distancia, como nunca les hubiera querido ver, pero las cosas vienen así. No me pareció que sonara muy bien, sobre todo el bajo. Debía de tener problemas. Eso sí, los chichos tienen bastante pegada, en especial el batería (al más puro estilo Keith Moon).
Una pena, pero la jodienda no había hecho nada más que empezar... Buckcherry lo vimos desde las mesas que había en la carpa de en medio. Las de la barra grane. ¡Madre mía!, ¡vaya batidoras!. Aún estando a tomar por el culo, sentado y totalmente aplatanado, me quedé pillado. Me gustaron muchísimo, sonaba perfecto, alto, potente. El grupo parecía con mucho oficio y el cantante hizo una gran demostración. Su voz no se apagaba por más carreras que o bailes que diera. Fue bstante espectacular pero seguíamos derrengados.
Con los New York Dolls nos logramos levantar y quedarnos al final del público, detrás de la barra de detrás de la mesa de sonido. Desde luego, creo que se han follado a otros reencuentros o reencarnaciones de viejas glorias como por ejemplo Deed Purple o Flamin’ Groovies. Jamás pensé que pudieran dar tanto de sí. Yo de primeras, nunca me fío de estas reunificaciones, pero en este caso, la actuación me pareció incontestable. Y todo con unas ganas locas de irme a “intentar” dormir a la tienda. (a la cama, como decía yo sin darme cuenta que no había ninguna cama donde yo dormía). Esto le da mucho más mérito a la actuación. ¡y qué bien suena una harmónica bien metida!
De mientras, Sergio estaba cogiendo un segundo aire y tras unos cuantos combinados me dijo que si me iba a dormir era un cabrón y un bocazas y que no le volviera a calentar los cascos con el Azkena y su carpa rock. Hice de tripas corazón y con gran esfuerzo fuimos hacía este lugar. Chachi no aguantó y se fue al coche a dormir.
De nuevo, más foreros en la carpa. Elena y Psycho, Polaris, Silvermonster, FacesRules, Godofredo, y muchos de la noche anterior.
Yo estaba haciendo la goma, no podía ni con los huevos pero si sonaban los Posies o The Cult por ejemplo, podía pegar hasta algún salto. Todo de manera bastante intermitente. Era intentar prolongar lo inprolongable. Al final duramos hasta las 5:30, pero yo a las 24:00 horas no hubiera dado un duro por llegar a las 2:00
El viernes la solana había que fuera imposible permanecer en la tienda más allá de las 11:00 de la mañana. Menos mal que dormí solo. Me levanté pegado en un sauna más propia del campamento de una expedición arqueológica que de un festival.
Una ducha fría vino de maravilla. Mi cuerpo serrano, con barriga cervecera, con bastante pelo y piel más bien blanca, contrastaba bastante con el resto de los allí presentes. Una moza se duchaba tal y como Dios la trajo al mundo. Entre mis legañas vi un culo duro y despejado (Está claro que Iggy Pop tiene muchos adeptos).
Sergio me dijo “vete tirando que luego te alcanzo”. Pues bien, o estaba jodido, o se lo tomó con calma, o las dos cosas porque hasta eso de las 15:30 no nos volvimos a ver. Estuve toda la mañana en la misma cafetería cercana al recinto del día anterior. Mi soledad y yo tuvimos tiempo de ver a la selección de baloncesto ganar por 1 a Argentina, de papearnos 3 medios bocadillos, de beber 3 botellines de agua fresquita, una caña, un pacharán e incluso de tomarnos un helado. En la prensa local ya destacaban a Iggy & the Stooges.
En el café verde tuvo lugar el reencuentro con Sergio. Otro pacharán y otro botellín de agua y al recinto que Chachi ya estaba en las puertas.
Los tres juntos pasamos por el cacheo, a mi me sobaron el culo brevemente, no me hubiera importado un control más exhaustivo. Llegamos con 10 minutos de retraso y ya nos dijeron que Uzzhaia habían abierto con un tema de los Cult. Luego cayeron dos más. Igual que hicieron los Flaming Groovies con los Stones. El homenaje a uno de mis grupos favoritos hizo que los chicos me cayeran bien, pero no pude evitar imaginarme a Astbury y Duffy en ese mismo escenario a las 24:00 horas. Hubiera sido la ostia. Por lo demás, me gustaba más cuando abrían el festival grupos como Jet Lag.
Marah llegaron, vieron, y vencieron. Yo me esperaba mucho pero no tantísimo. Se enfrentaroan a una hora maldita, en el escenario más pequeño y con el jodido sol machacando nuestras cabezas. Pues bien, no tuvieron ninguna duda. Fueron a por el concierto con el cuchillo entre los dientes, con una determinación indudable. Dave Bielanko parecía dispuesto a dejarse las cuerdas vocales abrasadas allí mismo, las venas de su cuello eran lombrices gigantes latiendo al sol, se retorcían en carne viva. Su voz rajada destilaba rock and roll a babor y a estribor. Sus ojos semicerrados, apenas alcanzaban para abrirse a la luz, seguro que tuvo un viaje placentero, parecía bien “cargado”.
Serge bromeaba diciendo que en su país es como James Blunt, pero el concierto no fue ninguna broma. Dejaron una colección de canciones que en directo multiplican su efecto, parecen nacidas para ser tocadas en vivo. La banda funciona a las mil maravillas, hay conexión, hay pasión. La coordinación entre sus miembros es tan firme como la apuesta de D.B. por su chaqueta militar.
El final fue apoteósico con ambos hermanos subidos a las vallas, rodeados de flashes, batiéndose en duelo sin más armas que una acústica y una harmónica.
La ovación final del público fue generosa, agradecida, cálida. El aplausómetro echó fuego. El ritmo de las palmas, los gritos de la gente... tuve una sensación, que creo fue generalizada, de que ese aplauso tan sincero y cariñoso se lo han dado a muy pocos grupos. Recuerdo algo similar con Cracker, Cherry Valence... y por lo que cuentan J. Kaplan debió ser del estilo.
Eran las 18:00 horas y con lo que llevábamos, yo ya tenía la sensación de haber amortizado el bono.
Después de esa demostración, The Bottle of rockets me supieron a poco, claro que el final del concierto fue bastante notable. Aproveché para departir amigablemente con el gran Eloy y conocí en persona a Bonzo.
La transición se prolongó con Gang of four. El principio no me pareció malo, que coño, hasta me acerqué. Me estaba gustando. La verdad es que en las distancias cortas el cantante acojona bastante con esa mirada perdida, como desorientada. ¿será pose o estará jodido?. Con el tiempo se empezaron a rallar demasiado y a hacer canciones interminables. El número del bate de beisbol castigando el microondas se prolongó demasiado. Mis colegas ni siquiera salvan las tres primeras. Después del Paredes y el Azkena, Chachi no tiene ninguna duda. Este grupo le crispa y el sonido del bajo, más. David Watts que ya se lo oía se fue a tomar unos cacharros (todavía tengo en mi mente la frase con su sonido real, con ese acentazo que tiene el figura).
Luego vendrían los Eagles of death metal. Otro concierto bien entretenido, de lo que podría ser una caricatura e grupo de rock, pero con músicos de calidad. Van de coña pero tocan en serio. Exageran y bromena con todos los tics rocanroleros. Lanzan peines en lugar de puas, son más chulos que un ocho, pero además de todo... queda su música que no está nada mal. A veces podrían has pasar por una de esas orquestas que van pasando por los pueblos dejando un repertorio cargado de versiones de los clásicos. Claro que ya podrían ser todas las orquestas así.
Big Star y el eterno debate. Que si pegan, que si no pegan, que si son muy blandos para el Azkena , que si bla, bla, bla... zarandajas.
Yo creo que tener a grupos tan buenos en el festival y plantearse si deberían estar o no, está fuera de lugar. Además, me parece que durante el día hay tiempo para todo.
Ver las evoluciones vocales de Auer y Stringfellow, esos coros celestiales... las voces se balancean, van y vienen y te mecen en plena noche como una brisa letal. Caigo ante ese misterioso hechizo, me rindo, me abandono a esos cantos de sirena. El kalimotxo sube por mi cuerpo, estoy embotado... a punto de la lágrima. Miro a mis colegas del Ebrovisión (Ramiro, Carol y Luisbe) y veo que también están bastante emocionados. Parece que Alex Chilton, lejos de tomar el protagonismo, da bastante libertada a los dos Posies.
Finalmente no aguanto más y decido ver el final de actuación en primera fila y tirar unas fotos. La verdad es que han salido muy oscuras.
En definitiva, Big Star o la capacidad de emocionar sin un solo garrotazo de guitarra. Claro que con canciones como September gurls o The ballad of El Goodo ¿quién se resiste?.
A partir de aquí, no puedo ser muy objetivo en mi análisis y es que al igual que en el Tour de Francia, siempre hay algún momento en el que a los ciclistas les da el bajón y como quiera que nosotros no nos podíamos dopara, pues vimos la tripleta Redd Kross, Buckcherry y The New York Dolls totalmente tronzados.
Los primeros me jode en el alma porque era el grupo que más ganas tenía de ver. Estuvimos dos canciones de pie, a la tercera Chachi se fue al prado de la izquierda y Sergio y yo lo acompañamos. Eso fue el principio del fin. Maldito bajón físico. Los vi sentado, en la distancia, como nunca les hubiera querido ver, pero las cosas vienen así. No me pareció que sonara muy bien, sobre todo el bajo. Debía de tener problemas. Eso sí, los chichos tienen bastante pegada, en especial el batería (al más puro estilo Keith Moon).
Una pena, pero la jodienda no había hecho nada más que empezar... Buckcherry lo vimos desde las mesas que había en la carpa de en medio. Las de la barra grane. ¡Madre mía!, ¡vaya batidoras!. Aún estando a tomar por el culo, sentado y totalmente aplatanado, me quedé pillado. Me gustaron muchísimo, sonaba perfecto, alto, potente. El grupo parecía con mucho oficio y el cantante hizo una gran demostración. Su voz no se apagaba por más carreras que o bailes que diera. Fue bstante espectacular pero seguíamos derrengados.
Con los New York Dolls nos logramos levantar y quedarnos al final del público, detrás de la barra de detrás de la mesa de sonido. Desde luego, creo que se han follado a otros reencuentros o reencarnaciones de viejas glorias como por ejemplo Deed Purple o Flamin’ Groovies. Jamás pensé que pudieran dar tanto de sí. Yo de primeras, nunca me fío de estas reunificaciones, pero en este caso, la actuación me pareció incontestable. Y todo con unas ganas locas de irme a “intentar” dormir a la tienda. (a la cama, como decía yo sin darme cuenta que no había ninguna cama donde yo dormía). Esto le da mucho más mérito a la actuación. ¡y qué bien suena una harmónica bien metida!
De mientras, Sergio estaba cogiendo un segundo aire y tras unos cuantos combinados me dijo que si me iba a dormir era un cabrón y un bocazas y que no le volviera a calentar los cascos con el Azkena y su carpa rock. Hice de tripas corazón y con gran esfuerzo fuimos hacía este lugar. Chachi no aguantó y se fue al coche a dormir.
De nuevo, más foreros en la carpa. Elena y Psycho, Polaris, Silvermonster, FacesRules, Godofredo, y muchos de la noche anterior.
Yo estaba haciendo la goma, no podía ni con los huevos pero si sonaban los Posies o The Cult por ejemplo, podía pegar hasta algún salto. Todo de manera bastante intermitente. Era intentar prolongar lo inprolongable. Al final duramos hasta las 5:30, pero yo a las 24:00 horas no hubiera dado un duro por llegar a las 2:00
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)