07-09-05, 14:12
El domingo, después del habitual chapuzón mañanero en la playa y de la visita al Gambrinus, Chachi quería más y por la tarde dijo que volvía a la playa, yo le contesté que "verdes las habían segado" y nos fuimos cada uno por nuestro camino quedando a las 19:45 horas en la carpa grande. El caso es que el coche ese que te subía hasta cerca del recinto no estaba en su sitio, por primera vez y tu ve que ir a patita. Llegué justo para vera a mis amigos de Lori Meyers en la carpa pequeña con un calor extremo, y la sensación de que mi cuerpo no estaba preparado para la música, por la caminata, por estar solo, y por estar lleno de comida y cerveza. Tengo que decir que siguen haciendo unos coros muy apañados y que las canciones nuevas tienen muy buena pinta, no vi el final para ver a Maximo Park pero me tenía que haber quedado. M.P. no me dijo nada en dos canciones, es decir, hace lo de miles y miles de grupos, y después de ver a los Kaiser Chiefs les faltaba bastante gracia. Puede que decir esto sobre dos canciones sea un poco injusto pero Boohan lo vio y opina lo mismo.
Llegó la hora de The Wedding Present y Chachi no se había personado a su hora. Menos mal que estaba Boohan allí. Me pareció un concierto exquisito, con un sonido de guitarras como Dios manda, profundas, exactas, entrando por donde pedía cada momento que se colasen, doblándose, haciendo una espectacular demostración. Los W.P. no necesitan adornos externos, movimientos espectaculares o shows paralelos a la música. Consiguen aislarte, abstraerte de todo lo innecesario, mantenerte flotando con su sonido en una especie de viaje astral, tu cuerpo se mueve mínimamente mientras su mente se va de la mano de canciones redondas, envolventes, perfectas, que no necesitan ni más ni menos de lo que contienen, composiciones emocionantes, perfectamente ejecutadas, te dejan la sensación de estar viendo a gente con muchas tablas.
Todas estas sensaciones tan placenteras, vividas codo a codo con el amigo Boohan, se iban directamente al carajo cuando unas cuantas veces en la parte final, levantaba mi cabeza de entre mis hombros, abría mis ojos, alzaba la vista y veía un balón de estos de playa con publicidad. La gente se lo pasaba en grande dándole puñetazos, a mi me llevaban los demonios, perturbaba mi tranquilidad y rompía el cordón umbilical con el grupo, conectado a través de las ondas invisibles que flotaban cálida y cómodamente. En definitiva, me despistaba y jodían mi pequeño gran extasis.
Hasta que el baloncito de los cojones llegó a mi poder. Lo cogí con saña, hurgué hasta encontrar el tapón y abrí la vía de escape. La gente de alrededor gritaba "nooo , nooo", alguno dijo "it’s funny", ni funny ni ostias, a tomar por el culo el globo. La verdad es que aguantó unos cinco minutos hasta que lo dejamos de ver.
Luego con Hot hot heat en el grande, pasó lo que pasa como un grupo como el regalo de bodas te deja tan satisfecho y te roba toda la energía. Lo que viene después lo escuchas con otro ánimo, más tranquilo, intentando recuperarte, casi sirven para escuchar de fondo. Por fin encontré a Chachi. Me dijó que durante el concierto de los W.P. había llorado dos veces. Yo le vi un poco perjudicado, es cierto.
Y finalmente, después de cuatro días de música viendo a grupos por doquier, cuando el festival estaba prácticamente finiquitado, llegó Nick Cave y sus malas semillas. Llegó como Atila y dejó tierra quemada a su paso (Oasis seguro que desearon no tener que salir después de esa salvajada).
La primera en la frente, (Get ready fo love). Nick pegando saltos, moviendo sus caderas, chasqueando los dedos, manejando su micro (había que lidiar con el cable), demostrando una presencia, carisma, dominio y maestría exagerados. Dirigiendo a una banda trufada de unos músicos excelentes que eran capaces de hacer el mejor Soul, Blues y rock oscuro y misterioso. Las partes ruidistas eran totalmente apocalípticas pero es que frenaban es seco y volvían a la calidez y el feeling de esas voces negras en segundos.
El hombre serio, del traje negro y eterno tupé, parecía muy metido, quería engancharnos a todos, arrastrarnos a su cueva, y nos cantaba siempre desde el borde del escenario, para que su voz áspera pareciera más amable, para ver el lado humano de la bestia.
No se trataba de una sirena, pero sus cantos y maneras de seductor consiguieron la unanimidad total y absoluta entre el público. (todavía a día de hoy, a cada uno que le cuentas que has estado en el fib, te suelta "creo que Nick Cave fue asombroso", y no te dicen otro que Nick Cave).
Con Abattoir blues no pude contener un par de lágrimas. Esto era mucho más de lo que yo había imaginado, de lo que nadie había soñado. Todo su repertorio se clavó a fuego en nuestros cuerpos ya medio fundidos. Nick nos empapó a todos del rock más negro de todo el festival, pantanoso, de sótano y candelabro, un diabólico Crooner con más actitud y rock por sus venas de lo que tendrán cientos de grupos en todas sus carreras.
Sobre Oasis solo decir que provocaron que Chachi se fuera a la tienda cuando acabaron, dejándome solo. Fue un concierto correcto, pero aburridísimo, sobre todo porque el cantante es un desperdicio. Ya no es que no toque ningún instrumento, es que ni siquiera toca la pandereta, ¿para qué la saca?. Pero es que ni siquiera canta todas las canciones, no se mueve, no actúa, no transmite, no engancha. No se merece cantar en un grupo con tantos fieles . Un desastre lo del papanatas este.
Kasabian con un único disco en el mercado, ya parecían un grupo de culto. Creo que a esa hora se puede decir que había una cantidad de gente parecida a la del viernes. Y todos siguiendo todas las canciones, saltando y moviéndose al son de hipnóticos ritmos, psicodelia, pop inglés y mucho sonido Manchester. Se parecen mucho a los Primal Scream, Stone Roses, Happy Mondays, etc y se ve que eso llega fácil a todo el mundo porque la gente lo recibía y encajaba a la primera.
Después de esto, no pude con LCD Soundsystem, solo dos canciones. Eran las 3:00 horas, y tenía todo el festival cargado a mis espaldas. Al día siguiente me esperaban otras nueve horas y pico de viaje. Me despedí del gran Stereosur, de la dicharachera Misery, les dejé mis últimos tickets y cogí el camino de la depresión post – festival.
Llegó la hora de The Wedding Present y Chachi no se había personado a su hora. Menos mal que estaba Boohan allí. Me pareció un concierto exquisito, con un sonido de guitarras como Dios manda, profundas, exactas, entrando por donde pedía cada momento que se colasen, doblándose, haciendo una espectacular demostración. Los W.P. no necesitan adornos externos, movimientos espectaculares o shows paralelos a la música. Consiguen aislarte, abstraerte de todo lo innecesario, mantenerte flotando con su sonido en una especie de viaje astral, tu cuerpo se mueve mínimamente mientras su mente se va de la mano de canciones redondas, envolventes, perfectas, que no necesitan ni más ni menos de lo que contienen, composiciones emocionantes, perfectamente ejecutadas, te dejan la sensación de estar viendo a gente con muchas tablas.
Todas estas sensaciones tan placenteras, vividas codo a codo con el amigo Boohan, se iban directamente al carajo cuando unas cuantas veces en la parte final, levantaba mi cabeza de entre mis hombros, abría mis ojos, alzaba la vista y veía un balón de estos de playa con publicidad. La gente se lo pasaba en grande dándole puñetazos, a mi me llevaban los demonios, perturbaba mi tranquilidad y rompía el cordón umbilical con el grupo, conectado a través de las ondas invisibles que flotaban cálida y cómodamente. En definitiva, me despistaba y jodían mi pequeño gran extasis.
Hasta que el baloncito de los cojones llegó a mi poder. Lo cogí con saña, hurgué hasta encontrar el tapón y abrí la vía de escape. La gente de alrededor gritaba "nooo , nooo", alguno dijo "it’s funny", ni funny ni ostias, a tomar por el culo el globo. La verdad es que aguantó unos cinco minutos hasta que lo dejamos de ver.
Luego con Hot hot heat en el grande, pasó lo que pasa como un grupo como el regalo de bodas te deja tan satisfecho y te roba toda la energía. Lo que viene después lo escuchas con otro ánimo, más tranquilo, intentando recuperarte, casi sirven para escuchar de fondo. Por fin encontré a Chachi. Me dijó que durante el concierto de los W.P. había llorado dos veces. Yo le vi un poco perjudicado, es cierto.
Y finalmente, después de cuatro días de música viendo a grupos por doquier, cuando el festival estaba prácticamente finiquitado, llegó Nick Cave y sus malas semillas. Llegó como Atila y dejó tierra quemada a su paso (Oasis seguro que desearon no tener que salir después de esa salvajada).
La primera en la frente, (Get ready fo love). Nick pegando saltos, moviendo sus caderas, chasqueando los dedos, manejando su micro (había que lidiar con el cable), demostrando una presencia, carisma, dominio y maestría exagerados. Dirigiendo a una banda trufada de unos músicos excelentes que eran capaces de hacer el mejor Soul, Blues y rock oscuro y misterioso. Las partes ruidistas eran totalmente apocalípticas pero es que frenaban es seco y volvían a la calidez y el feeling de esas voces negras en segundos.
El hombre serio, del traje negro y eterno tupé, parecía muy metido, quería engancharnos a todos, arrastrarnos a su cueva, y nos cantaba siempre desde el borde del escenario, para que su voz áspera pareciera más amable, para ver el lado humano de la bestia.
No se trataba de una sirena, pero sus cantos y maneras de seductor consiguieron la unanimidad total y absoluta entre el público. (todavía a día de hoy, a cada uno que le cuentas que has estado en el fib, te suelta "creo que Nick Cave fue asombroso", y no te dicen otro que Nick Cave).
Con Abattoir blues no pude contener un par de lágrimas. Esto era mucho más de lo que yo había imaginado, de lo que nadie había soñado. Todo su repertorio se clavó a fuego en nuestros cuerpos ya medio fundidos. Nick nos empapó a todos del rock más negro de todo el festival, pantanoso, de sótano y candelabro, un diabólico Crooner con más actitud y rock por sus venas de lo que tendrán cientos de grupos en todas sus carreras.
Sobre Oasis solo decir que provocaron que Chachi se fuera a la tienda cuando acabaron, dejándome solo. Fue un concierto correcto, pero aburridísimo, sobre todo porque el cantante es un desperdicio. Ya no es que no toque ningún instrumento, es que ni siquiera toca la pandereta, ¿para qué la saca?. Pero es que ni siquiera canta todas las canciones, no se mueve, no actúa, no transmite, no engancha. No se merece cantar en un grupo con tantos fieles . Un desastre lo del papanatas este.
Kasabian con un único disco en el mercado, ya parecían un grupo de culto. Creo que a esa hora se puede decir que había una cantidad de gente parecida a la del viernes. Y todos siguiendo todas las canciones, saltando y moviéndose al son de hipnóticos ritmos, psicodelia, pop inglés y mucho sonido Manchester. Se parecen mucho a los Primal Scream, Stone Roses, Happy Mondays, etc y se ve que eso llega fácil a todo el mundo porque la gente lo recibía y encajaba a la primera.
Después de esto, no pude con LCD Soundsystem, solo dos canciones. Eran las 3:00 horas, y tenía todo el festival cargado a mis espaldas. Al día siguiente me esperaban otras nueve horas y pico de viaje. Me despedí del gran Stereosur, de la dicharachera Misery, les dejé mis últimos tickets y cogí el camino de la depresión post – festival.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)