28-03-12, 13:45
‘Una Araña a Punto de Comerse una Mosca’, según Antonio Luque (Sr. Chinarro)
‘Una Araña a Punto de Comerse una Mosca’, según Antonio Luque (Sr. Chinarro)
Dije con miedo que sí a la propuesta de escribir algo para la hoja de promo de este disco. Los de mi grupo me llaman DJ Sieso por lo rápido que saco del reproductor los CD que ponen en los largos viajes en furgoneta que hacemos los músicos en los buenos tiempos. En los malos chupamos cristales, como los caracoles. Dije sí con miedo, porque discos españoles suenan muy poquísimos en mis viajes: es una pena, ser un sieso (no os compadezcáis, ni intentéis que escriba para vosotros así como así). Me gustaría ser un tío amable, porque queda raro que tus compañeros acaben aislándose con sus iphones provistos de auriculares y las cabezas contra las ventanillas, siempre calientes o frías. Por ser amable dije que sí a Remate, pero de inmediato supe que me había metido en un lío: no soy un crítico musical, soy DJ Sieso, sin más. En fin, el disco de los Expertos Solynieve me había puesto de buen humor: cabe pensar en discos Made in Spain preferibles a los de fuera. Remate se ha pasado al castellano. Mejor: el extranjero está muy lejos, y hay un territorio extranjero de hispanoparlantes grande como cualquier ambición. Dije que sí, y aproveché que tenía que ir a Sevilla, a solas en mi furgo, y me puse este ‘Una Araña a Punto de Comerse una Mosca’ sin prisas por tomar notas mentalmente: no tenía presión alguna, si quería escribir sobre el disco lo haría, y si no, no. Decidí a la segunda canción que escribiría algo. Empecé a preocuparme más de mi propio lucimiento como escritor que del disco de Remate. Los artistas somos insoportables.
Han pasado unos días, más de una semana. Tengo que mandar el texto al compañero R. Me pongo el disco otra vez, la segunda, y descubro que me lo sé entero, o casi. Esta es la señal. El disco vale la pena. No es una maqueta de un advenedizo, no es la paja mental de un loco amateur, no es la demostración de las habilidades de un aburrido con un garageband, no es uno de esos jóvenes que tocan la flauta por si suenan las groupies. Es arte, es trabajo, es cultura, será ocio (espero, por el bien de R y/o de los que publican el disco: una aventura, publicar, de la que habría que escribir aparte). Escribo pues primero sobre lo fundamental: lo que contiene el disco. Reconozco con deleite los cambios de acordes, las progresiones o como se llamen -pienso: este R controla, el nota-, disfruto los arreglos, repito o canturreo ya muchas frases de las letras, noto que me seduce esa falsa tranquilidad que gozan o padecen la araña y la mosca en el momento de la asunción de lo inevitable. Un ambiente psicodélico, de pop psicotrópico, más de farmacia que de camellos de uñas negras, más de folkie ilustrado que de rockero trasnochado, lleva mi recuerdo a un puñado de buenas canciones de Bongwater, Yo La Tengo, Beatles, Flaming Lips, Velvet Underground, OMD, qué sé yo, a las canciones que me gustan a mí, que no tienen por qué ser las que le gustan a R, de ahí que dijera que sí con miedo al encargo de escribir algo para la hoja de promo. Y, en fin, como no soy crítico pero sí un poco sieso, seguro que hay alguien esperando que ponga peros al disco de Remate, que dé la de cal o la de arena, pero que dé, y no, no voy a poner peros por varias razones: porque los dos, R y yo, somos moscas (o arañas), porque los dos volamos aún nuestras cometas y, sobre todo, porque no he encontrado peros, y para ponerlos tendría que encontrarlos, y ni siquiera los quiero buscar: cuando se disfruta un disco hay que ser un poco chungo, más que sieso, para ponerse a poner peros. Aunque unas canciones me gusten un poco más que otras (es lo normal), en un rato de nada el disco ha volado por el hilo de nuestra lengua, secretora de sentidos imaginarios, hasta su largo final, y te ha dejado con la tensión aliviada, como si de la tela de araña hubiesen sido expulsados con la ayuda de diazepán pulverizado los elefantes que se balanceaban: la tensión es ya otra, y las bocas de las moscas o de las arañas, buscan el momento de echar por fin el correspondiente buen trago para brindar por la mucha suerte con la publicación y la distribución, compañero.
All the best.
Antonio Luque
‘Una Araña a Punto de Comerse una Mosca’, según Antonio Luque (Sr. Chinarro)
Dije con miedo que sí a la propuesta de escribir algo para la hoja de promo de este disco. Los de mi grupo me llaman DJ Sieso por lo rápido que saco del reproductor los CD que ponen en los largos viajes en furgoneta que hacemos los músicos en los buenos tiempos. En los malos chupamos cristales, como los caracoles. Dije sí con miedo, porque discos españoles suenan muy poquísimos en mis viajes: es una pena, ser un sieso (no os compadezcáis, ni intentéis que escriba para vosotros así como así). Me gustaría ser un tío amable, porque queda raro que tus compañeros acaben aislándose con sus iphones provistos de auriculares y las cabezas contra las ventanillas, siempre calientes o frías. Por ser amable dije que sí a Remate, pero de inmediato supe que me había metido en un lío: no soy un crítico musical, soy DJ Sieso, sin más. En fin, el disco de los Expertos Solynieve me había puesto de buen humor: cabe pensar en discos Made in Spain preferibles a los de fuera. Remate se ha pasado al castellano. Mejor: el extranjero está muy lejos, y hay un territorio extranjero de hispanoparlantes grande como cualquier ambición. Dije que sí, y aproveché que tenía que ir a Sevilla, a solas en mi furgo, y me puse este ‘Una Araña a Punto de Comerse una Mosca’ sin prisas por tomar notas mentalmente: no tenía presión alguna, si quería escribir sobre el disco lo haría, y si no, no. Decidí a la segunda canción que escribiría algo. Empecé a preocuparme más de mi propio lucimiento como escritor que del disco de Remate. Los artistas somos insoportables.
Han pasado unos días, más de una semana. Tengo que mandar el texto al compañero R. Me pongo el disco otra vez, la segunda, y descubro que me lo sé entero, o casi. Esta es la señal. El disco vale la pena. No es una maqueta de un advenedizo, no es la paja mental de un loco amateur, no es la demostración de las habilidades de un aburrido con un garageband, no es uno de esos jóvenes que tocan la flauta por si suenan las groupies. Es arte, es trabajo, es cultura, será ocio (espero, por el bien de R y/o de los que publican el disco: una aventura, publicar, de la que habría que escribir aparte). Escribo pues primero sobre lo fundamental: lo que contiene el disco. Reconozco con deleite los cambios de acordes, las progresiones o como se llamen -pienso: este R controla, el nota-, disfruto los arreglos, repito o canturreo ya muchas frases de las letras, noto que me seduce esa falsa tranquilidad que gozan o padecen la araña y la mosca en el momento de la asunción de lo inevitable. Un ambiente psicodélico, de pop psicotrópico, más de farmacia que de camellos de uñas negras, más de folkie ilustrado que de rockero trasnochado, lleva mi recuerdo a un puñado de buenas canciones de Bongwater, Yo La Tengo, Beatles, Flaming Lips, Velvet Underground, OMD, qué sé yo, a las canciones que me gustan a mí, que no tienen por qué ser las que le gustan a R, de ahí que dijera que sí con miedo al encargo de escribir algo para la hoja de promo. Y, en fin, como no soy crítico pero sí un poco sieso, seguro que hay alguien esperando que ponga peros al disco de Remate, que dé la de cal o la de arena, pero que dé, y no, no voy a poner peros por varias razones: porque los dos, R y yo, somos moscas (o arañas), porque los dos volamos aún nuestras cometas y, sobre todo, porque no he encontrado peros, y para ponerlos tendría que encontrarlos, y ni siquiera los quiero buscar: cuando se disfruta un disco hay que ser un poco chungo, más que sieso, para ponerse a poner peros. Aunque unas canciones me gusten un poco más que otras (es lo normal), en un rato de nada el disco ha volado por el hilo de nuestra lengua, secretora de sentidos imaginarios, hasta su largo final, y te ha dejado con la tensión aliviada, como si de la tela de araña hubiesen sido expulsados con la ayuda de diazepán pulverizado los elefantes que se balanceaban: la tensión es ya otra, y las bocas de las moscas o de las arañas, buscan el momento de echar por fin el correspondiente buen trago para brindar por la mucha suerte con la publicación y la distribución, compañero.
All the best.
Antonio Luque
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)