22-11-05, 21:43
Los mundos de Josele
Tras una hora de actuación, un hombre alto y desgarbado se enfila del escenario al camerino, pasa entre el público algo desorientado, atolondrado. Las persianas de sus ojos están prácticamente cerradas, cuando intenta abrirlas a tope, parece que la luz le hace daño, la gente le pide más y el dice "que no, que no". Mientras, busca la puerta como un naufrago su tabla. Cuando por fin la ve a lo lejos, inicia una leve carrera y se mete en su guarida.
El hombre es Josele Santiago, el lugar, el Tropicana de Santoña . El concierto fue el pasado 18 de noviembre y supuso el reestreno de la sala que ha sido remozada y mejorada. Ha quedado muy acogedora. Es otra nueva temporada para Iraultza Producciones que comenzó hace unas fechas con Elliott Murphy en Santander, y tuvo en esta, su segunda cita. El artista mintió, pues después de su efímera despedida todavía tocó tres cuartos de hora más.
Josele, como muchos coches, lleva al final de su nombre la letra que sobre fondo verde utilizan los conductores en su primer año de carnet.
Pero él no es un novato, este es de los que ha conducido mucho antes de sacarse el permiso.
Su trayectoria lo avala. Tiene experiencia, conoce los atajos, sabe cuales son las diferentes salidas y entradas de las vías del rock and roll.
Estrena coche con su nombre y apellido. Es su primer disco en solitario, y ha cambiado todo menos el motor, ese motor que suena quebrado, cascado, roto como su garganta.
Suena con ese zumbido tan personal, como son esas letras con un pie en lo cotidiano y otro en lo irreal. J.S. canta alto y claro, se le entiende todo lo que dice aunque a veces el mensaje es tan surrealista que habría que estar en su cabeza para averiguar de lo que se trata.
Y en ese cruce de caminos entre el blues y el rock clásico con la música de cantautor, hay diferentes señales que se dirigen al ska como en Feliz big bang, otras a sonidos más exóticos como en Cuatro días, incluso hay caminos que van hacia el tango caso de Con las manos vacias o al jazz en Serrín , etc. Ahora tiene nuevos amigos, que no son los enemigos de toda la vida.
Otros músicos y otras músicas, pero se sigue acordando de su antigua banda. Sonaron canciones como An-tonio, Todo a cien, La otra orilla…etc, tocadas por otras manos pero pilotadas por el mismo chofer.
También tuvo un recuerdo para los presos del penal de Santoña, "Esta va dedicada para la gente que está al otro lado de ese muro tan feo que tenéis en este pueblo", y cantó Desde el jergón solo acompañado por su acústica.
Además Josele lleva el mejor copiloto, un escudero de lujo. Pablo Novoa (ex Golpes Bajos). Un músico de nivel. Un guitarrista con una clase, técnica y gusto como pocos he visto. Es muy preciso, puede hacerse fuerte y puede ser sutil, es creativo, cuenta con una gran variedad de recursos y maneja el slide con gran sabiduría.
Yo creo que Pablo podría dar conciertos el solo con sus guitarras, conciertos instrumentales en los que diera rienda suelta a todo lo que sabe. Estoy seguro que no resultaría nada aburrido.
Y así transcurrió la noche, con momentos muy álgidos como Ole papa o Tragón y otros más tranquilos como Paquito. o Mierda de mago. Escuchamos una colección de canciones que nunca estarán de moda, que están muy alejadas de ser comerciales pero que son profundas como una herida abierta.
Josele, déjalas que sangren.
Santiago V. M.
Tras una hora de actuación, un hombre alto y desgarbado se enfila del escenario al camerino, pasa entre el público algo desorientado, atolondrado. Las persianas de sus ojos están prácticamente cerradas, cuando intenta abrirlas a tope, parece que la luz le hace daño, la gente le pide más y el dice "que no, que no". Mientras, busca la puerta como un naufrago su tabla. Cuando por fin la ve a lo lejos, inicia una leve carrera y se mete en su guarida.
El hombre es Josele Santiago, el lugar, el Tropicana de Santoña . El concierto fue el pasado 18 de noviembre y supuso el reestreno de la sala que ha sido remozada y mejorada. Ha quedado muy acogedora. Es otra nueva temporada para Iraultza Producciones que comenzó hace unas fechas con Elliott Murphy en Santander, y tuvo en esta, su segunda cita. El artista mintió, pues después de su efímera despedida todavía tocó tres cuartos de hora más.
Josele, como muchos coches, lleva al final de su nombre la letra que sobre fondo verde utilizan los conductores en su primer año de carnet.
Pero él no es un novato, este es de los que ha conducido mucho antes de sacarse el permiso.
Su trayectoria lo avala. Tiene experiencia, conoce los atajos, sabe cuales son las diferentes salidas y entradas de las vías del rock and roll.
Estrena coche con su nombre y apellido. Es su primer disco en solitario, y ha cambiado todo menos el motor, ese motor que suena quebrado, cascado, roto como su garganta.
Suena con ese zumbido tan personal, como son esas letras con un pie en lo cotidiano y otro en lo irreal. J.S. canta alto y claro, se le entiende todo lo que dice aunque a veces el mensaje es tan surrealista que habría que estar en su cabeza para averiguar de lo que se trata.
Y en ese cruce de caminos entre el blues y el rock clásico con la música de cantautor, hay diferentes señales que se dirigen al ska como en Feliz big bang, otras a sonidos más exóticos como en Cuatro días, incluso hay caminos que van hacia el tango caso de Con las manos vacias o al jazz en Serrín , etc. Ahora tiene nuevos amigos, que no son los enemigos de toda la vida.
Otros músicos y otras músicas, pero se sigue acordando de su antigua banda. Sonaron canciones como An-tonio, Todo a cien, La otra orilla…etc, tocadas por otras manos pero pilotadas por el mismo chofer.
También tuvo un recuerdo para los presos del penal de Santoña, "Esta va dedicada para la gente que está al otro lado de ese muro tan feo que tenéis en este pueblo", y cantó Desde el jergón solo acompañado por su acústica.
Además Josele lleva el mejor copiloto, un escudero de lujo. Pablo Novoa (ex Golpes Bajos). Un músico de nivel. Un guitarrista con una clase, técnica y gusto como pocos he visto. Es muy preciso, puede hacerse fuerte y puede ser sutil, es creativo, cuenta con una gran variedad de recursos y maneja el slide con gran sabiduría.
Yo creo que Pablo podría dar conciertos el solo con sus guitarras, conciertos instrumentales en los que diera rienda suelta a todo lo que sabe. Estoy seguro que no resultaría nada aburrido.
Y así transcurrió la noche, con momentos muy álgidos como Ole papa o Tragón y otros más tranquilos como Paquito. o Mierda de mago. Escuchamos una colección de canciones que nunca estarán de moda, que están muy alejadas de ser comerciales pero que son profundas como una herida abierta.
Josele, déjalas que sangren.
Santiago V. M.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)
