05-11-08, 11:34
Pop resplandeciente, pellizcos soul, un pie en el folk y otro sobre la melodía perfecta, canciones pausadas y canciones para mañanas soleadas y una postal con el recuerdo de lo que llamaron soft-rock... Si ha habido un artista en los últimos años que haya generado unanimidad en torno a la belleza y el irresistible encanto de sus composiciones, sin duda ha sido Josh Rouse. Sus últimos trabajos son sentidos tributos: “1972”, un homenaje a esa época dorado del soul, repleto de arreglos y groove araudales; “Nashville”, la emocionante despedida a la ciudad que dejaba atrás, camuflada bajo un manto de pop hechizante; “Subtítulo”, homenaje a la ciudad que desde hace un tiempo le acoge: Altea (Alicante). Si para decir adiós confeccionó un disco sereno y pletórico de inspiración, para celebrar su estancia frente al mar Mediterráneo el norteamericano ha elaborado un álbum predominantemente acústico y recorrido por un tenue, aunque siempre visible, hálito de vitalidad. Siguen siendo sus canciones atemporales y disponen de la capacidad para convertirse, al poco de tratarlas, en viejos amigos que parecen haber estado siempre ahí. Ahora se acerca a Santander para presentar en vivo un recopilatorio de su etapa con RykoDisc, su sello de siempre.
Su web: http://www.joshrouse.com/
Su web: http://www.joshrouse.com/