08-10-06, 22:07
Os puedo asegurar que es de lo más salvaje que he visto nunca. Merece la pena y mucho. Al día siguiente es fiesta. Es una ocasión de la ostia de ver un concierto de verdad, de los de carne viva. De ver y sentir la música en las distancias cortas. Robreto, Mifune (no estoy seguro) Niñoquepiensa y Pelotas saben de lo que hablo.
The Drones (Australia)
Los Picos Whisky Bar
c/ Camilo Alonso Vega (Liérganes, Cantabria)
MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE
Apertura de puertas, 21h - Concierto, 21:30h
Entrada única: 12€
Australia, hogar de algunas de las bandas de rock más salvajes y
devastadoras, reclama de nuevo una parcela en el mapa musical
presentando en sociedad a The Drones, acalorado cuarteto de
Melbourne que ha hecho de la víscera y los ritmos desbocados su
razón de ser. Sus discos son prueba irrefutable de la calidad de la
banda, que les ha servido para hacerse un pequeño hueco y que la
gente con inquitudes musicales y ansias de quedarse aun hoy con
la boca abierta les tenga puestos en un pedestal.
The Miller's Daughter (Bang! Rc ' 05) fue el salto de Australia al viejo
continente y paradójicamente viene a recoger temas que no
encontraron acomodo en sus dos primeros discos, Here Comes The
Lies y el reciente Wait Long By The River And The Bodies Of Your
Enemies Will Float By. Destacan por su directo y festivales de la
magnitud del All Tomorrow's Parties (Londres) y el Primavera Sound
dan prueba de ello. Los de Gareth Liddiard se han abonado a los
elogios gracias a una implacable ecuación sonora en la que cabe el
rock incendiario de Beasts Of Bourbon, las melodías de guitarras de
Crazy Horse y el siempre presente toque personal de Kim Salmon,
merodeando por el blues pantanoso y elegantes líneas de guitarra
que resaltan su malsana obsesión por el moho y crean una bola
sónica de originalidad descontrolada controladamente. Han tocado
junto a bandas de la envergadura de Soledad Brothers, Mudhoney,
Scientists o Motorhead. Recientemente y en Melbourne, han
recibido el premio a la mejor banda australiana (superando a Radio
Birdman, Jet, Beasts Of Bourbon, You Am I, New Christs, Nick
Cave & The Bad Seeds,…), un salto merecido del anonimato a las
páginas de las principales revistas musicales en USA y UK.
Mi resumen de lo que hicieron en la D'Manu el año pasado:
Tensa liberación ruidista
2005-10-27
El pasado jueves, día 27 de octubre, tocaban en la Sala D´Manu de Santander, los australianos The Drones. El papel de grupo telonero quedó en manos de los cántabros Soul Gestapo.
El concierto, es uno de los múltiples eventos que está organizando Artmusick. Asociación cultural sin ánimo de lucro que está intentando menear "el árbol" para que la gente de la región pueda tener acceso y a la vez participar en estas actividades culturales.
Según llegas a la sala, en el fondo de la derecha, ves un cúmulo de gente charlando en torno a una mini barra, alguna que otra mesa, sillas, etc. El resto (la mayor parte), en penumbra. La pregunta es clara ¿Dónde va a ser el concierto?. "Es en la sala de arriba". Está encima de nuestras cabezas, en un espacio más o menos grande como para almacén y más o menos pequeño como para dar conciertos. Había unos contenedores de basura para arrojar los botellines, unos telones, el puesto de cds, y unas luces fijas que alumbraban un escenario frío, extraño, mínimo. Como un local de ensayo gigante, como un trastero de un club clandestino. Eso sí, un trastero enorme. La primera sensación fue una mezcla de pavor e incertidumbre. A medida que pasaba la noche, se fue despejando. ¿será el CBGB santanderino en un futuro?.
Algo más tarde de las 22:30 h. empezó a sonar la música y comenzamos a subir. La gente se nos ha adelantado y a pesar de no estar muy lejos, somos de los últimos. Entre el escenario y el público no hay absolutamente nada, y entre las suelas de los músicos y el piso tampoco (todo el mundo a la misma altura).
Tenemos dificultades para ver, pero no para escuchar. Los Soul Gestapo son un grupo que le pega fuerte y rápido. A pesar de ser un trío, llenan bastante y no dieron tregua en ningún momento de su actuación. Su música es rock & roll y punk-rock americano en la línea de grupos como Gran Funk Railroad, The Stooges, Supersackers, Foo Fighters...
Contundencia y rapidez al servicio de sonidos clásicos, música grasienta cargada de músculo y mala leche. El sonido no estaba mal, sin duda, mucho mejor que en la sala grande (lo que por otra parte, no es muy díficil), y aunque se pudiera pensar lo contrario hubo más gente viendo a Soul Gestapo que a The Drones. Me imagino que por motivo de horario, o simplemente del paisanaje.
Australia es cuna de los grandes grupos, y The Drones demostraron el otro día que también lo son. Seguro que en unos años se hablará de ellos. Cercanos a Nick Cave con la Birthday Party, a los Pixies, Sonic Youth, The Cramps… Distorsión, ruido cargado de dramatismo. Un mensaje crudo y directo, no exento de cierta belleza, como las chicas de mirada triste y ojeras pronunciadas.
Esta vez, la distancia a los protagonistas era menor y su música áspera, siniestra, te iba atrapando paulatinamente. Canciones como The downbound train o Sharkfin blues se iban colando en nuestros pellejos como esa quemadura que comienza silenciosa, poco a poco se hace más presente, pasa de incomodar levemente a afianzarse, se prolonga e intensifica en el tiempo, y acaba por ser totalmente irritante y abrasiva.
Los niveles de tensión que se recrearon entre esas paredes fueron altísimos. La ausencia de barreras físicas entre nosotros y ellos hacía más clara la comunicación. El mensaje era oscuro, cargado de profundidad. La Jaguar gritaba de manera desgarrada la tortura de los pedales y potenciometros. Lamentos eléctricos que se mezclaban con la doliente voz de Gareth Liddiard. El cantante y guitarra rugía como si estuviera poseído, se retorcía y sufría como nadie para exorcizar todos sus males. De las tripas al micro escupía todo lo perturbador, podía haber llenado un vertedero. Sus ojos querían reventar o salir de las órbitas, parecían querer escaparse en cada guitarrazo. Cantaba como si se le estuviera escapando la vida. Se agarraba a la palanca, la hacía rebotar contra su Fender y no la soltaba, como si la corriente recorriera su cuerpo, el fakir cambiaba los cristales por las ondas eléctricas y parecía llegar a una especie de éxtasis.
Después de liberar a la bestia, quedaba de rodillas, jugando con sus pedales, fundido en el proceso.
Con la última canción, batería y baterista acabaron por los suelos acompañados del cantante y un espontaneo. Las alfombras eran testigos de un final transgresor para una gran noche.
En próximas citas ocuparan el recinto diferentes bandas de variados estilos como Metralla Lunar, Hysterics in the Stereo, Banshee, Imperfectus Bultus, Capsula, etc…
Santiago V. M.
The Drones (Australia)
Los Picos Whisky Bar
c/ Camilo Alonso Vega (Liérganes, Cantabria)
MIÉRCOLES 11 DE OCTUBRE
Apertura de puertas, 21h - Concierto, 21:30h
Entrada única: 12€
Australia, hogar de algunas de las bandas de rock más salvajes y
devastadoras, reclama de nuevo una parcela en el mapa musical
presentando en sociedad a The Drones, acalorado cuarteto de
Melbourne que ha hecho de la víscera y los ritmos desbocados su
razón de ser. Sus discos son prueba irrefutable de la calidad de la
banda, que les ha servido para hacerse un pequeño hueco y que la
gente con inquitudes musicales y ansias de quedarse aun hoy con
la boca abierta les tenga puestos en un pedestal.
The Miller's Daughter (Bang! Rc ' 05) fue el salto de Australia al viejo
continente y paradójicamente viene a recoger temas que no
encontraron acomodo en sus dos primeros discos, Here Comes The
Lies y el reciente Wait Long By The River And The Bodies Of Your
Enemies Will Float By. Destacan por su directo y festivales de la
magnitud del All Tomorrow's Parties (Londres) y el Primavera Sound
dan prueba de ello. Los de Gareth Liddiard se han abonado a los
elogios gracias a una implacable ecuación sonora en la que cabe el
rock incendiario de Beasts Of Bourbon, las melodías de guitarras de
Crazy Horse y el siempre presente toque personal de Kim Salmon,
merodeando por el blues pantanoso y elegantes líneas de guitarra
que resaltan su malsana obsesión por el moho y crean una bola
sónica de originalidad descontrolada controladamente. Han tocado
junto a bandas de la envergadura de Soledad Brothers, Mudhoney,
Scientists o Motorhead. Recientemente y en Melbourne, han
recibido el premio a la mejor banda australiana (superando a Radio
Birdman, Jet, Beasts Of Bourbon, You Am I, New Christs, Nick
Cave & The Bad Seeds,…), un salto merecido del anonimato a las
páginas de las principales revistas musicales en USA y UK.
Mi resumen de lo que hicieron en la D'Manu el año pasado:
Tensa liberación ruidista
2005-10-27
El pasado jueves, día 27 de octubre, tocaban en la Sala D´Manu de Santander, los australianos The Drones. El papel de grupo telonero quedó en manos de los cántabros Soul Gestapo.
El concierto, es uno de los múltiples eventos que está organizando Artmusick. Asociación cultural sin ánimo de lucro que está intentando menear "el árbol" para que la gente de la región pueda tener acceso y a la vez participar en estas actividades culturales.
Según llegas a la sala, en el fondo de la derecha, ves un cúmulo de gente charlando en torno a una mini barra, alguna que otra mesa, sillas, etc. El resto (la mayor parte), en penumbra. La pregunta es clara ¿Dónde va a ser el concierto?. "Es en la sala de arriba". Está encima de nuestras cabezas, en un espacio más o menos grande como para almacén y más o menos pequeño como para dar conciertos. Había unos contenedores de basura para arrojar los botellines, unos telones, el puesto de cds, y unas luces fijas que alumbraban un escenario frío, extraño, mínimo. Como un local de ensayo gigante, como un trastero de un club clandestino. Eso sí, un trastero enorme. La primera sensación fue una mezcla de pavor e incertidumbre. A medida que pasaba la noche, se fue despejando. ¿será el CBGB santanderino en un futuro?.
Algo más tarde de las 22:30 h. empezó a sonar la música y comenzamos a subir. La gente se nos ha adelantado y a pesar de no estar muy lejos, somos de los últimos. Entre el escenario y el público no hay absolutamente nada, y entre las suelas de los músicos y el piso tampoco (todo el mundo a la misma altura).
Tenemos dificultades para ver, pero no para escuchar. Los Soul Gestapo son un grupo que le pega fuerte y rápido. A pesar de ser un trío, llenan bastante y no dieron tregua en ningún momento de su actuación. Su música es rock & roll y punk-rock americano en la línea de grupos como Gran Funk Railroad, The Stooges, Supersackers, Foo Fighters...
Contundencia y rapidez al servicio de sonidos clásicos, música grasienta cargada de músculo y mala leche. El sonido no estaba mal, sin duda, mucho mejor que en la sala grande (lo que por otra parte, no es muy díficil), y aunque se pudiera pensar lo contrario hubo más gente viendo a Soul Gestapo que a The Drones. Me imagino que por motivo de horario, o simplemente del paisanaje.
Australia es cuna de los grandes grupos, y The Drones demostraron el otro día que también lo son. Seguro que en unos años se hablará de ellos. Cercanos a Nick Cave con la Birthday Party, a los Pixies, Sonic Youth, The Cramps… Distorsión, ruido cargado de dramatismo. Un mensaje crudo y directo, no exento de cierta belleza, como las chicas de mirada triste y ojeras pronunciadas.
Esta vez, la distancia a los protagonistas era menor y su música áspera, siniestra, te iba atrapando paulatinamente. Canciones como The downbound train o Sharkfin blues se iban colando en nuestros pellejos como esa quemadura que comienza silenciosa, poco a poco se hace más presente, pasa de incomodar levemente a afianzarse, se prolonga e intensifica en el tiempo, y acaba por ser totalmente irritante y abrasiva.
Los niveles de tensión que se recrearon entre esas paredes fueron altísimos. La ausencia de barreras físicas entre nosotros y ellos hacía más clara la comunicación. El mensaje era oscuro, cargado de profundidad. La Jaguar gritaba de manera desgarrada la tortura de los pedales y potenciometros. Lamentos eléctricos que se mezclaban con la doliente voz de Gareth Liddiard. El cantante y guitarra rugía como si estuviera poseído, se retorcía y sufría como nadie para exorcizar todos sus males. De las tripas al micro escupía todo lo perturbador, podía haber llenado un vertedero. Sus ojos querían reventar o salir de las órbitas, parecían querer escaparse en cada guitarrazo. Cantaba como si se le estuviera escapando la vida. Se agarraba a la palanca, la hacía rebotar contra su Fender y no la soltaba, como si la corriente recorriera su cuerpo, el fakir cambiaba los cristales por las ondas eléctricas y parecía llegar a una especie de éxtasis.
Después de liberar a la bestia, quedaba de rodillas, jugando con sus pedales, fundido en el proceso.
Con la última canción, batería y baterista acabaron por los suelos acompañados del cantante y un espontaneo. Las alfombras eran testigos de un final transgresor para una gran noche.
En próximas citas ocuparan el recinto diferentes bandas de variados estilos como Metralla Lunar, Hysterics in the Stereo, Banshee, Imperfectus Bultus, Capsula, etc…
Santiago V. M.
"Stoner pincha mejor bajo presión" (Patrullero)